Casi todo se ha dicho ya sobre el otoño. Hubo alguien que cantó una balada. No sé quién compuso una sonata. Se han emborronado miles de páginas con églogas ocres y líricas que siempre riman con melancolía, lluvia y esperanza; con viento, olvido y una vida que se aletarga. Pero el ciclo sigue mostrándonos estampas sobre una realidad de la que, en el fondo, no sabemos nada.