En un comunicado, la organización agraria ha estimado que las pérdidas superarán los mil millones de euros este año y ha instado a la Administración central a que, una vez cubiertas las necesidades para consumo humano, dedique los recursos hídricos disponibles a la agricultura castellano-manchega.
El secretario general de Asaja Castilla-La Mancha, José María Fresneda, ha lamentado que las principales campañas agrícolas de la región hayan visto este año mermadas sus producciones entre un 30 y un 40 por ciento, como es el caso de las uvas, los cereales, los frutos secos y las aceitunas.
En este sentido, ha advertido de que "si las lluvias no llegan y no se toman medidas urgentes, podrían verse afectadas también las próximas cosechas".
Además, ha hecho hincapié en los cultivos sociales, de los que dependen muchas familias de la región, y ha alertado de que verán reducida su superficie plantada para poder cubrir las necesidades hídricas.
Fresneda ha recordado que la comunidad autónoma cuenta con siete cuencas hidrográficas y, sin embargo, "es la región con mayores restricciones hídricas y sometida continuamente a limitaciones a los regadíos", ha agregado.
También ha pedido a las administraciones "una mayor previsión para afrontar los periodos secos" y ha destacado la necesidad de invertir en infraestructuras para interconectar cuencas o almacenar y distribuir el agua y de poner en marcha las desaladoras.
"Esta falta de infraestructuras y de previsión acarrea consecuencias que suponen la discriminación de los agricultores y regantes de unas zonas frente a otros", ha puntualizado.
De igual modo, ha vuelto a pedir un plan de regadíos para aumentar la superficie de la región en 500.000 hectáreas, con una dotación de agua de 1.500 hectómetros cúbicos en un plazo de veinte años, lo que a su juicio, "supondría rentabilizar los recursos naturales y multiplicar la riqueza".