La Semana Europea de la Reducción de Residuos es la mayor campaña de sensibilización sobre la prevención de residuos en Europa y aborda asuntos de especial relevancia, como promover un consumo sostenible y fomentar la economía circular entre la ciudadanía.
Así, acorde al lema de este año, ‘El buen gusto no tiene desperdicio’, se han organizado en las cinco provincias una serie de actividades con la finalidad de abordar la problemática ambiental, social y económica del desperdicio alimentario y adoptar soluciones.
Este martes, en Toledo, la directora general de Economía Circular y Agenda 2030, Esther Haro; y la de Salud Pública, Laura Ruiz; han presentado en la Biblioteca regional de Castilla-La Mancha, un estand informativo, que se acompaña de una exposición itinerante prestada por Red Alimenta, que recorre las bibliotecas públicas del Estado en el resto de capitales de provincia.
Estas actuaciones se enmarcan en la ‘Estrategia de Educación Ambiental de Castilla-La Mancha. Horizonte 2030’, la Estrategia de Economía Circular y la Estrategia contra el Desperdicio Alimentario en Castilla-La Mancha ‘Sin Desperdicio 20-30’, que participan apoyando esta campaña europea.
En estos estands informativos se muestran y trabajan diferentes formas de disminuir el desperdicio alimentario a través de dinámicas de juego. Además, diariamente se realizará un sorteo entre las personas participantes en las actividades de una cesta de productos ecológicos de la región.
Tras su paso por Albacete este lunes y hoy en Toledo, llegará el miércoles 20 de noviembre a la Biblioteca Pública del Estado en Cuenca, el jueves 21 a la Biblioteca Pública del Estado en Ciudad Real y el viernes 22 a la Biblioteca Pública del Estado en Guadalajara, todas ellas en horario de 16:00 a 19:30 horas.
Acciones de concienciación a la ciudadanía
Las acciones llevadas a cabo abordan las 3 ‘R’: Reducir los residuos, Reutilizar los productos y Reciclar los materiales, en este orden. Estas son las principales ‘R’ a tener en cuenta a la hora de reevaluar los hábitos de consumo, aunque hay muchas otras. Las 3 ‘R’ están en la cima de la jerarquía de residuos. En este sentido, es importante destacar que esta Semana Europea de la Reducción de Residuos basa su actividad precisamente en esta jerarquía.
El desperdicio alimentario es una problemática que no solo tiene repercusiones ambientales, sino que también posee un trasfondo social y ético. Así, se generan sinergias entre alimentación y medio ambiente y se abren nuevos escenarios de discusión como la alimentación saludable, el consumo responsable, la solidaridad y la justicia social de las redes alimentarias o la gestión de residuos orgánicos.
Algunas de las recomendaciones que se incluyen en la campaña a las personas consumidoras para prevenir el desperdicio alimentario en la región serán las siguientes: en el hogar, planificar las comidas con anticipación, aprovechar las sobras o bien donarlas a entidades sociales para su redistribución a quienes más lo necesiten, congelar porciones listas para comer, almacenar los alimentos adecuadamente y seguir la pauta de consumir primero aquello que entró primero en la nevera.
También hacer una lista de la compra antes de ir a la tienda, comprar solo la cantidad que se necesite o elegir frutas y verduras de aspecto imperfecto, vendidas a menudo con descuento. Y si se come fuera de casa, pedir solo aquello que se vaya a consumir, reponiendo si fuese necesario y solicitar llevarse a casa lo que haya sobrado.