Según han dado a conocer a través de sus redes sociales consultadas por EFE este centro de investigación, dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la encuesta forma parte del trabajo de investigación que realiza desde años con el objetivo de desarrollar herramientas, basadas en la aversión condicionada, para reducir los conflictos generados por el impacto de ciertos depredadores sobre presas de interés para las actividades humanas, como son las especies cinegéticas o el ganado.
La aversión condicionada consiste en generar en un animal un rechazo hacia un tipo específico de alimento a raíz de un encuentro puntual con dicho alimento que le genera algún tipo de malestar intenso y breve, que motivará que en encuentros posteriores con dicho alimento, el animal, de forma totalmente inconsciente, rechace su consumo como resultado de la experiencia negativa previa.
Esta reacción negativa se puede generar en un depredador de forma experimental, mediante el uso de una sustancia química en la presa que produzca un efecto adverso desagradable en el depredador, generalmente de tipo digestivo, de modo que éste aprende a rechazar esta presa en encuentros posteriores al relacionar su sabor u olor con el malestar producido por el alimento que le genera aversión.
De esta forma, explican los científicos, la aversión condicionada se puede emplear como una herramienta para reducir el consumo de determinadas presas o alimentos por parte de los depredadores, como puede ser el ganado y reducir así el conflicto generado entre la conservación de los depredadores y actividades como la ganadería o la caza.
De hecho, los investigadores del IREC ya han aplicado con éxito la aversión condicionada para reducir la depredación de nidos de perdiz roja y de conejos de monte en repoblaciones.
También han comprobado la efectividad de la aversión condicionada para generar rechazo a un tipo de alimento en lobos en cautividad.
Actualmente, han señalado, están desarrollando sendos proyectos, uno en la Sierra Norte de Guadalajara, en colaboración con la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara y financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y fondos FEADER; y otro en La Rioja, financiado por el Gobierno de La Rioja, cuyo objetivo es aplicar la aversión condicionada para reducir los daños provocados por el lobo al ganado en zonas con elevados daños y reducir así el conflicto generado entre la conservación del lobo y la rentabilidad de la actividad ganadera en estas zonas.
Dentro de esta línea de investigación, han señalado, es necesario conocer la percepción de los ganaderos afectados o no y de la población en general sobre distintos aspectos en torno al conflicto depredadores-ganadería, como el papel de los depredadores en la naturaleza, su impacto sobre el ganado o las medidas que se podrían aplicar para reducir dicho impacto.
Con este objetivo, los investigadores del IREC están realizando una encuesta on-line totalmente anónima sobre el conflicto depredadores-ganadería en España.
EFE