Abrir los ojos
Por Isabel Castañeda
No es posible ignorar que, en pleno siglo XXI, estamos asistiendo a hechos incalificables, por el grado de inhumanidad, propios de una época primitiva.
Cuesta comprender que la evolución haya llegado a este grado de irracionalidad.
No encuentro palabras para expresar todo lo que mi corazón siente, al contemplar las imágenes de muerte y destrucción que se ofrecen en directo desde los medios de comunicación, sin que haya una reacción masiva en contra de esta sinrazón.
Un hecho sangriento y condenable como el ataque de Hamás a un asentamiento israelí, con rehenes que aún no han sido liberados, no justifica la masacre de todo un pueblo, de manera indiscriminada, cebándose en los más indefensos, entre ellos, los niños.
Sumando a las armas, el impedimento de la llegada de alimentos y medicinas, para provocar más muerte.
Los pueblos son víctimas de gobernantes insensatos, que pueden llevar a la locura.
Es necesario analizar lo que puede contribuir a tal despropósito, comenzando con el humor de Forges:
¿Qué haces?
Estoy pensando
Por Dios, Mariano, ¡no hagas locuras!
Haré mención a los recursos de los que se vale un político sin escrúpulos, utilizando técnicas de persuasión manipulables.
"Un político es un tipo de persona que dice una serie de verdades, antes de empezar a decir cosas falsas, porque así creeremos todo lo que cuente, lo verdadero y lo falso"
También hay que hacer una aclaración: cuando una nación o un continente es débil, apela al derecho; cuando es fuerte, apela a la fuerza…
Esto explica el desprecio de Trump por la UE.
Somos una especie muy inteligente, pero muy vulnerable.
Y este político, como representación de otros más, lo saben.
Ha comprobado que repetir muchas veces la misma cosa, acaba produciendo un espejismo de verdad.
"Si lo que digo no concuerda con la realidad, la culpa es de la realidad, no mía. La realidad depende de mi poder".
Es un equivalente a la famosa frase de Groucho Marx: "Éstos son mis principios, si no te gustan, tengo otros."
Lo expresado antes, vale lo mismo para Trump que para Putin o Netanyahu, representantes del totalitarismo.
Una frase del Roto (que utiliza el humor negro), expresa las consecuencias:
"Cuando los hombres se hacen masa, los demagogos los hornean."
El gregarismo produce miedo a las decisiones y engendra un deseo de seguridad, que hace posible el resurgimiento del autoritarismo.
Entre la masa, el individuo se diluye y cae en un estado de fervor emocional, donde pierde parte del control de sus sentimientos.
Se entra en un estado de sugestibilidad, que el líder aprovecha para inocular ideas y emociones que actúan como virus mortales.
Odio al contrario o el diferente.
Sentido patriótico exacerbado.
Culto al líder.
Teorías conspiranoicas.
Miedo generalizado.
La persona irracional es la más peligrosa.
La política es un juego maniqueo, porque cada partido se encierra en su mentalidad tribal, demoniza al otro y utiliza un razonamiento que no busca la verdad, sino que pontifica la propia opinión.
Contra esta sinrazón, producto de la visceralidad, apelo a la mejor vacuna entre las personas sensatas: el Amor y el Razonamiento.
