El mundo de los mercaderes

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Son las 13:47 del , 16 de Noviembre del 2025.
El mundo de los mercaderes

 

Por Isabel Castañeda

 

Vivimos instalados en la hipocresía.

Si analizamos el trasfondo de los acontecimientos en distintas partes del mundo, detrás del dolor y la muerte, saldrá el verdadero motivo de este sinsentido: el ansia de apoderarse de las riquezas de los lugares en conflicto.

Quienes llegamos a esta conclusión, nos encontramos con la ceguera de quienes han sido manipulados y convencidos de la conveniencia del dominio de unos por otros.

Ha bastado con despojar a las palabras de su verdadero sentido: a la democracia se la considera la causante de los males y la libertad no es garante de que sea para todos, sino para quienes dominan.

Se demonizan los valores que han sido la salvaguarda de los derechos humanos.

La unidad es un peligro y se fomenta la división sin medida, convirtiendo el mundo en un puzzle imposible de encajar.

El panorama, a primera vista, es lamentable y sobrecogedor.

A pesar de eso, quienes creemos que un mundo mejor es posible, pondremos todo el empeño en buscar el norte.

No será a corto plazo, pero hay que dar los pasos, pensando en quienes vienen detrás.

El primero es, como ya he dicho muchas veces, educación y cultura, para formar ciudadanos, no súbditos.

Este paso exige compromiso y un cambio a nivel personal, que nos permitirá abrir puertas a una mejor versión de nosotros mismos.

Será una especie de viaje en tres etapas:

1.Darnos cuenta de lo que necesitamos transformar.

2.Voluntad para dar los pasos necesarios.

3.Nuevos hábitos y costumbres.

Es la base para enfrentarse a los conflictos que tendremos que afrontar, dándoles una solución razonable.

La manera de hacerlo:

1.No evitarlos, ignorándolos, o mirando a otro lado.

2.Desarrollando la asertividad, es decir, defender los criterios de forma razonada, con argumentos, no con imposiciones.

Un conflicto bien gestionado, puede ser una oportunidad para crecer y conciliar.

Otro paso puede ser aprender a manejar con éxito el estado de incertidumbre.

Todos vivimos en ella en los tiempos que corren, lo que varía es cómo la afrontamos.

Si lo hacemos desde el miedo, actuaremos bajo sus efectos y será "la profecía que se autocumple".

Lo que puede ayudar es considerar que, en toda incertidumbre, hay una oportunidad, aunque no la veamos.

El cerebro reacciona de manera diferente, según la percepción que tengamos de ella.

Si la vemos como peligro, se activan los núcleos del cerebro para hacerle frente de forma negativa. Nos aturdimos.

La mente es más poderosa y eficiente en estado de calma, necesaria para afrontar la inseguridad.

Si la percibimos como oportunidad, ayuda a reducir el estrés y se mejora la toma de decisiones.

Como veremos, los problemas que debemos afrontar, dependen del conjunto social, pero también de la actitud y reacción personal.

De ello se derivará que vivamos en la creatividad o en la inacción que debilita la energía vital, impidiendo que salgamos del bucle negativo.

Isabel Castañeda