El proceso de aprendizaje
Por Isabel Castañeda
Es una evidencia que vivimos tiempos inciertos.
Quienes tienen una larga vida de experiencias, se encuentran con que tienen que revisar sus certezas.
Hay que darle la vuelta a la ecuación. Se necesita una nueva pregunta para cada respuesta.
Creo que es necesario distinguir entre dos etapas: antes de la pandemia y de la pandemia hasta hoy.
La primera, supone en nuestra vida un largo periodo, donde parecía que todo seguía su curso natural, que nos permitía planificar nuestra vida.
Llega la pandemia y todo se desmorona, se rompen los esquemas y perdemos pie.
Al final, cada cual intenta recolocarse como puede; hay quienes se encierran en sí mismos y quienes se lanzan a recuperar el tiempo perdido; no hay equilibrio.
Lo razonable hubiera sido aprender de lo ocurrido, para hacer músculo mental.
Era un punto y seguido, no un punto y aparte.
La prueba está en los acontecimientos que estamos sufriendo: Filomena, erupción de un volcán, fuegos devastadores, riadas...
Hay un cambio de ciclo y estamos ante un cambio climático.
Se necesita aprendizaje a nivel individual y social.
Se impone darse cuenta de que se debe partir de una educación no sólo intelectual y práctica, sino también emocional.
Hacen falta recursos para afrontar las dificultades. No basta la preparación para la vida laboral, también es imprescindible un aprendizaje de gestión de emociones.
Debemos abrir los ojos a la realidad: nacemos y morimos y el camino entre un momento y otro, es la vida que tenemos.
Es un hecho, no una tragedia.
Si vemos ese camino como oportunidad, disfrutaremos de los buenos momentos y estaremos más preparados para afrontar las dificultades.
Comprendido esto, el siguiente paso es la aceptación de esa realidad, para vivir, sabiéndolo, pero sin miedo.
Sentido de la realidad, aceptación, pérdida del miedo y amor, en toda su extensión, son los ingredientes.
Lo estamos viendo en esta riada. Cuando llega una catástrofe, el sentido de comunidad y el amor a los demás, es el resorte que pone en marcha las soluciones inmediatas.
El aprendizaje empieza cuando nacemos y será continuo hasta que nos vayamos.
