Fin de Fiesta

Por Isabel Castañeda

Se han terminado las fiestas del exceso: luces, músicas, aglomeración de gente, comidas por encima de lo que es saludable, buenos deseos a tiempo parcial, alegría desmedida para la foto, consumo en plan flautista de Hamelin, hiperactividad, reuniones que incomodan; pero que son de obligado cumplimiento, etc.

Todo hacia el exterior.

El fondo de lo que ha dado lugar a este comportamiento; es decir, “el espíritu navideño", casi se ha perdido entre el ruido.

Ojalá que en el resto del año hubiera espacios de solidaridad, amor, amabilidad, sonrisas sinceras, cooperación, reparto de bienes más justo, generosidad, bondad, comprensión con las diferencias, sentimientos de hermandad entre la especie humana y la naturaleza, medidas contra el cambio climático, etc.

Para todo esto, hace falta una reflexión; pero el sistema no da tregua; sin transición, hemos pasado de los superprecios a las rebajas.

Hace falta equilibrio para no naufragar en este mar de despropósitos.