Por Isabel Castañeda
La carencia de esta capacidad, es la base de la deshumanización.
Se suele dar en personas que tienen un estatus social muy alto, por haber nacido en una familia poderosa y acomodada y que no tienen dificultades para posicionarse en la vida.
Desempeñan cargos importantes en la sociedad, por lo que actúan con prepotencia; ejerciendo su poder, infravalorando a quienes están debajo...
Tienen la visión de una sociedad jerarquizada, donde ellos siempre estarán en la cúspide.
Ortega y Gasset, en su libro" La rebelión de las masas", hace referencia al " señorito satisfecho".
Es un tipo de persona que nunca se ha encontrado en una situación de carencia, que cree que, su forma de vida, es un estado natural; por lo que está satisfecho de sí mismo...
Son herederos de bienes, pensamientos y actitudes. Tienen una especie de contentamiento consigo mismos y sienten un desprecio hacia los desfavorecidos, haciéndoles responsables de su situación.
De hecho, esto ha dado lugar a lo que se denomina "aporofobia"(odio al pobre).
Para ellos, las personas son manejables y manipulables para sus propósitos; se valen de ellos, sin consideración; una vez utilizados, los abandonan, como juguetes rotos.
El escritor francés Rouseau, cuenta sobre la reina María Antonieta que, en una época de extrema necesidad, cuando en Francia muchos ciudadanos morían de hambre por falta de pan, la reina, al ser informada, decía con asombro: "Si no tienen pan, que coman pasteles".
Lo que evidencia, entre otras cosas, es un infantilismo perpetuo, un desconocimiento total de una vida con dificultades y de falta de comprensión por la vulnerabilidad ajena.
En una palabra, total falta de empatía.
Que cada cual, haga un repaso de personajes de nuestra época y que saque sus propias conclusiones.