La lectura y la escritura

Por Isabel Castañeda

La historia de la humanidad está ligada a la manifestación del pensamiento y a su manera de transmitirlo.

Siempre es necesario mirar al pasado, para comprender el momento en que nos encontramos.

Nuestra manera de comunicarnos en tiempos prehistóricos, pasa por el proceso " del grito, a la palabra".

En el instante en que el ser humano siente necesidad de transmitir lo que piensa o lo que ve, se vale de dibujos.

La máquina del tiempo evoluciona y empiezan a inventarse signos, que parten de los dibujos, que se van complicando y perfeccionando.

Nos han llegado a través de tablillas de arcilla, papiros y pergaminos, hasta que, en un momento de la evolución, el papel se impone y con él, a la llegada de la imprenta, la democratización del saber a través de los libros.

La lectura y la escritura es un proceso imprescindible para la difusión del conocimiento.

En la actualidad, nos planteamos qué se debe enseñar a los niños primero, si a leer o a escribir.

Creo que depende de los métodos de distintos pedagogos.

A mi parecer, se pueden alternar como un juego.

Se familiariza a los niños con los libros, poniéndolos a su alcance, para que despierten su curiosidad y, a la vez, se les puede dar un papel y lapiceros para que los manejen a su antojo.

El proceso natural será enseñarles los signos y su orden formando palabras y se les contarán o se les leerán cuentos.

Cuando han avanzado en su aprendizaje guiado, será bueno que empiecen la lectura personal, con arreglo a su edad.

La escritura es la apertura creativa a la lectura y viceversa, la lectura se presta a despertar la imaginación.

Es un aprendizaje maravilloso que, una vez descubierto, pone en manos de las personas una herramienta de creatividad personal, que acompaña durante toda la vida.

Las nuevas tecnologías pueden contribuir a una mayor difusión y acceso a los libros, pero la comunión que se establece entre el libro y el lector, es algo casi de carácter sagrado, que enriquece la existencia.