La Salud Mental
Por Isabel Castañeda
Es necesario poner el foco de atención en este problema
Estamos concienciados sobre las enfermedades físicas, todo el mundo entiende el grado de sufrimiento que conllevan; pero hay un gran desconocimiento de la gravedad, la extensión y el sufrimiento silencioso de muchas personas, que no se atreven a manifestar lo que sienten y, lo que es peor, no saben expresarlo o sienten vergüenza de hacerlo.
Hay que conocer que España es el país de la UU.EE en el primer lugar de personas afectadas.
También es necesario destacar que son las mujeres quienes más padecen sus efectos y quienes más ansiolíticos consumen (es necesario analizar porqué).
Vivimos en una sociedad con exceso de medicalización, porque se busca paliar este tipo de dolencias, intentando poner el remedio, sin saber con claridad las causas (uno de los motivos, la carencia de atención del sistema a la cuestión mental)
Se prescriben medicamentos para sobrellevar la vida y sus problemas.
Se mandan pastillas para poder dormir, para estimularse, para suavizar los reveses que la vida nos presenta.
El mal radica en que no se nos prepara para enfrentarnos a ella, que cada vez está más deshumanizada.
He dicho ya muchas veces, que no se educa a los niños para afrontar las frustraciones.
De aquí viene el problema cuando se llega a ser adultos y les sobreviene lo que es consustancial a la vida: pérdidas de todo tipo, enfermedades o , simplemente, contratiempos.
Para la mayoría de personas, todo tiene que estar bajo control, según las expectativas que cada cual tiene.
No se quiere comprender la realidad: la existencia tiene una cara y una cruz y se vive en un estado de ansiedad permanente; si las cosas son favorables, se tiene miedo de que se tuerzan y,si van mal, no hay esperanza..
El camino de la vida se convierte en " un valle de lágrimas", como se ha inculcado en cierto tipo de educación.
No se va a las causas, no se analiza qué tipo de sociedad tenemos.
Sólo se valora lo exterior: trabajo (mal estructurado y tomando a las personas como piezas de un engranaje; sin quitarle su importancia, bienes materiales y dinero (más de lo necesario), mucho movimiento, ir de aquí para allá, como pollo sin cabeza. Se está en los sitios; pero no se saborean.
Es necesario parar para reflexionar, encontrarse con una misma, disfrutar de las pequeñas cosas, cuidar la salud, dándole al organismo el tiempo y atención que requiere y moverse en el entorno que nos toque, teniendo en cuenta a los demás, siendo conscientes de que nos necesitamos.
La vida puede ser complicada o más sencilla, según como nos posicionemos en ella y si no le exigimos más de lo que nos puede dar.
Esto a nivel personal.
A nivel social, se necesita corregir la escala de valores, las injusticias y la desatención al ser humano, poniendo a éste en el centro para la evolución y el desarrollo.
Hay que prestar atención al aislamiento social de los colectivos vulnerables.
