Por Isabel Castañeda
El mundo para los tiburones financieros es una tabla de ajedrez y ellos siempre juegan para su propio beneficio, sin importarles los peones que caigan en la partida.
Todas las posibilidades son factibles.
La Historia de la Humanidad siempre ha contado con estos peligrosos escualos. Ellos provocan las guerras para equilibrar sus ganancias y poder, luchando entre sí.
A los pobres pececitos, sólo nos queda la resistencia pasiva, en apariencia. Pero cuando nos unimos y nadamos en la misma dirección, a veces, los cálculos de los tiburones fallan y los acontecimientos los superan y caen víctimas de sus propias intrigas, aunque puedan llevarse a otros por delante.
Utilicemos recursos contrarios a los suyos: hagamos el bien, seamos solidarios, extendamos el virus del Amor, la Bondad y la Belleza, poniéndoles delante el espejo de su maldad, egoísmo y fealdad.
Lo mejor de la Humanidad siempre ha surgido de momentos difíciles y así se ha hecho la Historia.
Siempre necesitaremos una utopía, porque en la condición humana está el repetir errores.
La Vida está hecha de ciclos. Cuando uno termina, comienza otro, pero el período intermedio es muy largo y complejo.
Nuestro período vital coincide con un final de ciclo, en el que lo viejo no acaba de irse y lo nuevo no acaba de llegar.
Nos ha tocado asistir a ese tránsito.
Procuraremos seguir observando con calma y ecuanimidad, a pesar del panorama.