Poner el dedo en la llaga

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Son las 09:28 del , 20 de Abril del 2025.
Poner el dedo en la llaga

 

Por Isabel Castañeda

 

Los tres enemigos más peligrosos de tu libertad son: el miedo (del que ya he hablado), la mentira y la culpa.

Están presentes a lo largo de toda la historia y en estos momentos, de manera muy evidente.

Se nutren de la ignorancia, del ansia de dinero y de la idea de que el mercado es más poderoso que el Estado y la Democracia.

Se invierte el orden mundial: los ricos unidos y los pobres enfrentados entre sí.

Son las tres fuerzas que organizan la vida de la gente.

El miedo se apodera de los más débiles, ante los más poderosos.

La gente del siglo XXI es extremadamente débil. Para disimularlo, se ocultan en la risa, el chiste fácil y la evasión consumista, con un barniz pseudocultural y una sexualidad descontrolada.

Todo frente a un mercado laboral casi inaccesible para muchos, que lleva a una impotencia personal y social de enormes dimensiones.

Por supuesto, con excepciones.

La situación puede desembocar en patologías psicológicas sin precedentes.

Las redes sociales son el refugio para superar los miedos y ansiedades.

Se difunden mentiras que se aprovechan de la ignorancia. Se extienden bulos y se hace prácticamente imposible, separar la realidad de la impostura.

El sentimiento de culpa es, también, antiguo. Antes se inculcaba en nombre de la religión, hoy se hace en nombre de la ideología y de lo políticamente correcto.

Del miedo a los dioses, hemos pasado al miedo a todo: al compromiso, al amor, a las relaciones personales y sociales.

Hay miedo al silencio.

Se nos hace responsables del cambio climático, de la pobreza o de la riqueza, de la violencia de los demás, del gasto público y del endeudamiento.

Se trata de evitar que vivas tranquilo. Es la forma en que el poder controla a los subordinados.

Un individuo verdaderamente libre y satisfecho, es aquel que puede superar el miedo, interpretar las mentiras y sabe evitar sentimientos de culpa, que no le corresponden.

Hay que tener claro que las leyes y las normas pueden cambiar, cuando cambia el poder, pero la ciencia no cambia cuando hay relevo de personas.

La ciencia sobrevive a cambios y totalitarismos.

Por cobardía se renuncia a la vida.

El acceso a internet te rodea de falsos amigos de tus características y te lleva a un confinamiento que no abandonarás, porque no sabes qué hacer con tu vida, fuera de ese círculo.

Esta actitud, te pondrá en contra de los que no actúan como tú y te pasarás la vida señalando con el dedo a todo el mundo, para que no te señalen a ti, lo que llevará a la neurosis.

Todo está diseñado para confrontar y dividir.

Es necesario ser consciente y saber proteger tu mente, para no perder la capacidad de razonamiento, que te salvará de la manipulación.

Isabel Castañeda