Por Isabel Castañeda
La panorámica que ofrece la situación, es controvertida y saca a la luz las deficiencias, los malos planteamientos y los errores de nuestra sociedad.
En medio de la confusión, se ven actuaciones que son contradictorias. Es normal, porque falta perspectiva y claridad de ideas.
Las personas que han afrontado en primera línea la situación, utilizan su empatía y afán de ayuda, de la mejor manera que pueden y saben.
He oído algún comentario de algunas de ellas, aconsejando llevar los escombros al río, o el barro a las alcantarillas; porque no sabían qué hacer con todo ello.
Mi sentido común me decía que se trasladaba el problema.
De hecho, si viene otro episodio de lluvias fuertes, como parece que se anuncia, estas zonas atascadas, harán que se empeore el problema.
Hace falta ahora la experiencia, conocimientos y medios de quienes están debidamente preparados: los profesionales, arquitectos, ingenieros, científicos, etc.
Los errores vienen de atrás, de las decisiones que no han tenido en cuenta más que los beneficios, que podían reportar a determinados colectivos, no a la ciudadanía, en general.
Se ha puesto la inmediatez de la ganancia, por encima de la seguridad de las personas.
Es claro que la construcción se hizo en zonas inundables y no se han cuidado los cauces por donde, en algún momento, el agua busca su salida.
Se cumple, además, el llamado "Principio de Peter", que consiste, en que hay muchas personas, que están ejerciendo funciones, por encima de su nivel de competencia.
Aquí entran ya algunas de las instituciones, con sus honrosas excepciones (alcaldes y alcaldesas que evitaron males mayores, porque tuvieron sentido común).
Afecta más gravemente, cuanto más se sube en la pirámide jerárquica; donde se tiene la impresión de que no había nadie en el pico.
Con la naturaleza desatada, las tecnologías están invalidadas y, sorprendentemente, lo que se necesitan ahora son albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros, etc. Es decir, profesionales considerados de segunda.
Esta situación, nos está recolocando a todos.
Pregunto: ¿Seguimos impulsando un desarrollismo sin límites, o ponemos en primer lugar la vida y la salud de las personas, actuando en comunión con la Naturaleza?