1968: La otra cara de la Odisea

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Son las 10:38 del Martes, 23 de Abril del 2024.
1968: La otra cara de la Odisea

En una de las primeras entradas de "Vidas sonadas" escribí sobre lo acontecido en la película de Stanley Kubrick, 2001: Una odisea en el espacio. Ahora bien, imaginad por un momento que sois Alex North, un compositor de moda y que te han hecho el encargo de realizar la banda sonora original de la película. Llega el día del estreno, y como es de esperar, estás invitado al estreno del largometraje junto con el resto del equipo. 

Atrás quedan horas y horas de intenso trabajo donde en apenas unas semanas has estado haciendo esbozos, recibiendo instrucciones concretas  del director sobre cómo debería sonar esta o aquella secuencia, si la emoción que transmite la música recalca o sobredramatiza en exceso el guión, o simplemente, lo que has estado escribiendo durante días, no es exactamente lo que el director quiere y te hace una serie sugerencias para que sigas explorando unas determinadas sonoridades. A esto se le suma, que tras la composición y orquestación,  es el momento de trasnformar el papel en sonido, en música. Para ello tienes a tu disposición una orquesta entera y un estudio de grabación que le está costando  a la productora un buen puñado de dólares desde el minuto uno, y aunque te dejan un margen considerable de tiempo, debes amortizar el tiempo al máximo: noches en vela corrigiendo o arreglando partituras, grandes madrugones para llegar puntual a la cita con una sesión de grabación que puede durar casi tantas horas como tiene el día, pequeñas o grandes batallas con técnicos, músicos y demás personal involucrado en la grabación, para que todo salga lo más perfecto posible... ¿Te haces una idea de todo a lo que se enfrenta un compositor, aunque también es extrapolable  a cualquier otro oficio relacionado con la música o la cultura, cuando está realizando una banda sonora? Es un proceso demasiado complejo y estresante para dos horas de película, pero que merece la pena si el resultado es bueno...

Sigue imaginándote que eres Alex North y que has estado los últimos meses o semanas de tu vida trabajando intensamente en la banda sonora de 2001: Una odisea en el espacio y que estás sentado en tu butaca esperando que empiece la película y... ¡sorpresa, tu música ha sido reemplazada! ¿Qué harías?

Aunque la respuesta es diversa dependiendo de tu personalidad, la reacción de North me parece la más natural de todas: ¡Abandonar la sala! Por supuesto, la jugarreta de Kubirck transcendió al gremio y desde entonces ningún compositor de renombre quiso trabajar con él para sus películas.  

North, por su parte, pidió a la productora que grabasen la banda sonora y así hicieron, estrenándola en Sevilla en el año 1993, dos años después de su muerte.

North ha sido el compositor que más veces ha estado nominado al Óscar como compositor de bandas sonoras sin conseguir nunca el premio de esa categoría. La Academia, en 1986, le concedió el primer Óscar honorífico otorgado a un compositor.

Marcelino Mora González