Beethoven: Cristo en el Monte de los Olivos

Estamos a las puertas de una nueva y extraña Semana Santa. Por segundo consecutivo, y muy a nuestro pesar, los tradicionales cortejos procesionales que recorren las calles de los pueblos y ciudades con sus tronos y pasos postergarán su visita a la catedral o al recorrido oficial para años venideros. Otro año más, y ya van dos, nos toca tirar de memoria e historia para rememorar aquellos tiempos en los que vivíamos una normalidad que a día de hoy aún nos parece un vago sueño lejano.

A pesar de que este año las calles estén en relativo silencio, no podemos olvidar que la Semana Santa es una fiesta litúrgica que se celebrará como todos los años. En el ámbito de la música clásica, la Pasión de Cristo ha dado lugar a algunas de las más preciosas composiciones a lo largo de la historia. La Pasión según San Mateo de J.S. Bach es quizás la más universal de todas ellas, pero eso no quita que otros grandes compositores de la historia hayan contribuido a narrar con la música el que es el relato más universal.

Hace justo un año, en medio de un tiempo caótico e insólito, celebrábamos el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, uno de los genios más grande de la historia de la música. A pesar de que una de sus más grandes hazañas (y tiene un listado de hazañas musicales bastante considerable y admirable) fue introducir un coro en su novena sinfonía, centró su obra en la música instrumental: sonatas, cuartetos, sinfonía… Tan solo algunas excepciones de su repertorio están dedicadas a la música vocal: su ópera "Fidelio", su "Misa en Do Mayor" y su oratorio "Cristo en el Monte de los Olivos" en 1803 son algunas de estas excepciones.

En esta ocasión, ya metidos en plena cuaresma, os invito a escuchar el oratorio "Cristo en el Monte de los Olivos". En él, Beethoven pretende reflejar el estado anímico de Jesús mientras estaba en Getsemaní momentos previos a su ejecución. El texto corrió a cargo de uno de los libretistas más famosos de Viena, el poeta Franz Xaver Huber. El oratorio "Cristo en el Monte de los Olivos" estrenado el 5 de abril de 1803, diez años después de ser escrito, con la opinión de la crítica bastante dividida. A pesar de las críticas por tener una estructura compleja, fue interpretada año tras año hasta ser prohibida en 1825, siendo actualmente muy poco programada. 

El oratorio está escrito para tres solistas, coro y orquesta. Estructuralmente se divide en seis secciones que narran tres de los grandes momentos de Cristo en el Monte de los Olivos: La oración, el arresto y la glorificación.

A pesar de que la escucha se hace amena y siempre es un placer escuchar a Beethoven, os dejo uno de los fragmentos que más han trascendido de este oratorio: el Aleluya

Confiemos en que el año que viene podamos volver a disfrutar de la Semana Santa en las calles, mientras tanto, rememoremos este tiempo a través de la música clásica.