Ser el compositor de cabecera del Rey Sol, el monarca francés Luis XIV, debía ser todo un honor y un privilegio que requería no sólo unas más que cualificadas dotes compositivas y unos consistentes conocimientos musicales. Además de los requisitos anteriores, se debía mostrar una verdadera admiración y lealtad al monarca.
Para llegar a ocupar tan distinguido cargo, Jean Baptiste Lully, nacido en Florencia, tuvo que trasladarse a Francia y superar unas exigentes pruebas. Entre sus funciones, además de componer para satisfacer los gustos del Rey Sol y ser el intendente musical de Francia, destacaba la de dirigir los “24 violines del rey”, una agrupación que aún hoy sigue existiendo, aunque ha incorporado a su plantilla algunos instrumentos de viento.
La labor de dirección, Lully no la llevaba a cabo con una batuta, tal y como estamos hoy acostumbrados a ver en la dirección de orquesta, si no que dirigía con un gran bastón de madera que golpeaba contra el suelo.
Al final de sus días, y tras caer enfermo Luis VXI, Lully compuso un "Te deum" para rogar a Dios la pronta recuperación de su rey. Durante la interpretación de la obra, Lully se machacó un pie, ocasionándole la muerte.