Música y derechos de autor: Steve Jobs y Anónimo IV

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Son las 03:08 del Viernes, 29 de Marzo del 2024.
Música y derechos de autor: Steve Jobs y Anónimo IV

Hace no tanto tiempo, cuando Internet estaba en plena expansión y su uso era mayoritariamente para usuarios que accedían a la red sentados frente a un monitor grisáceo con un enorme trasero, los internautas se  dedicaban a participar en  juegos arcade y a compartir archivos con otros usuarios a través de plataformas de descarga bajo un incesante chirrido proveniente del módem. En otra realidad paralela, los artistas y las discográficas empezaron a poner el grito en el cielo para intentar acabar con aquella piratería voraz que les estaba acarreando grandes pérdidas. 

De poco sirvió: Está claro que creadores y artistas tienen que tener una remuneración justa por su trabajo, eso es incuestionable, pero parecía ser que los usuarios que surcaban los mares de Internet habían encontrado una manera de compartir gratuitamente sus archivos musicales, culturales y hasta víricos en más de un caso. 

La solución llegó gracias a uno de los hombres que más han cambiado la historia en las últimas décadas: Steve Jobs. Para combatir la piratería creó la plataforma de itunes en la que por menos de un dollar, el usuario podía adquirir la canción que quisiera en una alta calidad. ¿Merecía la pena arriesgarte a escuchar tu canción favorita en una calidad cuestionable por no pagar si quiera lo que te costaría un refresco?

A pesar que el tema de la piratería es una cuestión aún sin solucionar, hace unos cuantos siglos atrás los derechos de autor no eran tan importantes como la obra en sí. La concepción de la obra artística era un fin en sí misma y el autor era un mero ejecutante que perdía su importancia, e incluso su identidad, para que prevaleciera su creación (que por supuesto, estaba destinada a honrar a Dios).  Por este motivo,  los artistas no plasmaban su firma y han pasado a la historia como "Anónimo" o autoría desconocida.

¿Cómo podía entonces un autor que quisiera pasar a la historia plasmar su firma sin que tuviera que plasmar su nombre y ser objeto de crítica por reivindicar su autoría? 

Anónimo IV fue un estudiante inglés que residió en París en las décadas 1270 - 1280 y trabajó para la catedral de Notre Dame. A pesar de que se desconoce absolutamente todo de su vida, este joven estudiante logró dejar su peculiar firma para distanciarse del resto de autores y así burlar las restricciones sobre la autoría de la época. Sus obras son obras teóricas sobre cuestiones musicales. Gracias a sus estudios, el mundo conoció a compositores medievales como Leonín y Perotín. 

Hoy os comparto una versión de la "Pavana y diferencias sobre Vuestros amores he, sennora, de Juan del Encina interpretada por un grupo de música medieval cuyo nombre es un homenaje a este famoso "Anónimo IV". 

 

Marcelino Mora González