Stockhausen: Un cuarteto en las alturas

El compositor alemán Stockhausen (1928-2007) es uno de los compositores más relevantes del siglo pasado.

Tal y cómo suele pasar con los grandes genios musicales del siglo XX que se dedican a la creación de música culta, en no pocas ocasiones ha sido cuestionado por lo oyentes menos experimentados en  este tipo de música. Yo he llegado a escuchar a compañeros míos que también son músicos, tildarlo de freak a niveles extremos, ignorando por completo su obra.

Tal vez lleven razón, o tal vez no. El arte depende en un alto porcentaje de quien lo contempla. De todas formas, la ruptura entre música culta y el público en general, incluidos muchos músicos profesionales, es algo que tiene su origen a principios del siglo XX, desde que los compositores, al igual que ocurrió en otras artes, comenzaron a buscar nuevas vías para la creación. 

Stockhausen fue un visionario musical sin precedentes que apostó por la innovación y por las técnicas más vanguardistas, huyendo de lo convencional. Robin Maconie, compositor y crítico especializado en él, lo compara con Beethoven: «Como dijo Stravinsky, uno nunca piensa en Beethoven como un excepcional compositor porque la calidad de su inventiva transciende la mera competencia profesional. Pasa lo mismo con Stockhausen: la intensidad de su imaginación eleva las impresiones musicales de una elemental y perceptible belleza inescrutable, superando los límites del diseño consciente»

Una de sus obras más espectaculares es el Cuarteto para cuerdas y helicóptero, compuesto en 1993. Para su interpretación, los componentes de un cuarteto de cuerda tocan en dos helicópteros que sobrevuelan la sala de conciertos, donde llega la señal de audio de lo que está aconteciendo a través de los altavoces y pantallas.

Lamentablemente, la logística que requiere esta obra para su interpretación, hace que hayan sido muy pocas veces interpretada.