Turismo nacional: Goyescas

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Son las 04:31 del Jueves, 25 de Abril del 2024.
Turismo nacional: Goyescas

Comenzamos nuestra cuarta etapa del viaje sonoro que estamos realizando dentro de nuestras fronteras. Si estuviéramos viviendo un verano sin pandemia, a más de un lector el término “Goyescas” les haría pensar que en esta ocasión hablaríamos sobre las Goyescas taurinas que se hubieran celebrado en Ronda y en algunas otras ciudades de nuestra península dentro de la temporada veraniega. Lamento decirles a esos lectores, que a pesar de la importancia de  la música en ese tipo de espectáculos y que la obra que os voy a proponer hoy es también un claro homenaje al pintor Francisco de Goya, esta no es la ocasión de hablar sobre música y tauromaquia. En esta jornada vamos a viajar al norte de nuestro de nuestro país para conocer a otro de los compositores más reconocidos de nuestra historia: Enrique Granados.

Este compositor de padre cubano y madre gallega nació en Lérida el 27 de julio de 1867. Es uno de los principales representantes, junto a Manuel de Falla y Albéniz, del Nacionalismo Musical Español. Comenzó su andadura musical en París, donde estudió con Beriot (violinista y compositor Belga). A su regreso a Barcelona, se dedicó a trabajar como pianista en el Café de las Delicias, posteriormente renombrado como Lion d'Or, uno de los mejores locales de ocio de la Barcelona de la época por un salario de 1200 pesetas anuales.

Enrique Granados se implicó  activamente en el desarrollo musical de Barcelona a través de su apoyo al Orfeón Catalán, realizando diversos conciertos de apoyo a este a lo largo de su carrera, y formando parte tanto de su rama pedagógica como siendo jurado del concurso "Festa della música catalana". A lo largo de su vida, Granados desarrolló una carrera interpretativa, compositiva y pedagógica de gran relevancia:

A nivel pianístico, colaboró con algunas de las grandes personalidades musicales de su tiempo como Joan Manen, Édouard Risler o Camille Saint-Saëns. A nivel compositivo, Enrique Granados optó por un lenguaje  poético e intimista que fácilmente conectaba con el público. El grueso de su producción son sus obras para piano, entre las que destacan principalmente sus Goyescas, piezas que posteriormente fueron adaptadas por un encargo de Rouché, director de ópera de París, para ser representadas como ópera con libreto de Periquet. En principio, esta nueva adaptación de las Goyescas debería haber sido estrenada en Paris, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial hizo que el concierto no pudiera programarse en París y tuviera que ser trasladado a NuevaYork. Otras obras relevantes de su producción fueron "Las canciones amatorias", las "12 danzas españolas" o la "Suite sobre cantos gallegos". 

A diferencia del espíritu viajero de Albéniz, del que os hablé la semana pasada,  Granados era un hombre bastante apegado a su tierra, y a pesar de haber vivido durante épocas puntuales de su vida fuera de su lugar natal, procuraba no viajar demasiado. Paradojas de la vida, Granados realizó su primer (y último) gran viaje junto a su esposa al continente americano para el estreno de su ópera Goyescas el 28 de enero de 1916 en el Metropolitan. El presidente de los Estados Unidos, asombrado por la obra, le invitó a tocar en la Casa Blanca, perdiendo así el transatlántico que debía devolver a la pareja a España. Tras su actuación, tomó un buque que hacía escala en Inglaterra. En su regreso a España desde la costa de Folkestone, su barco es bombardeado y Enrique y su esposa fallecieron ahogados. 

Para finalizar la etapa de esta semana, os dejo un Intermezzo de la ópera Goyescas (subtitulada como “Los majos enamorados”). 

 

 

Marcelino Mora González
Enrique Granados