Turismo nacional: Juan del Encina

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Son las 13:39 del Viernes, 29 de Marzo del 2024.
Turismo nacional: Juan del Encina

 

 

Para esta quinta etapa de nuestro viaje, vamos a retroceder en el tiempo hasta el Renacimiento para encontrarnos con Juan del Encina, una de las más prolíficas personalidades que ha dado nuestra historia cultural. Este salmantino de origen humilde era hijo de un zapatero. Entró como cantor en la catedral de León, donde estudió derecho y tomó las órdenes menores sin llegar a ordenarse sacerdote. 

Juan del Encina dedicó parte de su vida a ser músico de la corte de don Fabrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba. Su principal labor en palacio era el entretenimiento de la nobleza. Durante su estancia en palacio escribió su Cancionero, donde introduce por primera vez la polifonía en la música española combinando la frescura popular con la corrección de la música culta. 

En el año 1499 se traslada a vivir a Roma bajo la protección del papa Alejandro IV donde se sumerge de lleno en el Renacimiento italiano y coincidiendo con personalidades como Miguel Ángel, que en aquel momento se encontraba trabajando en la Capilla Sixtina y Rafael. 

La gran admiración que sintió la Santa Sede por Juan del Encina, hizo que le otorgaran varias bulas y títulos, como el de arcediano de la catedral de Málaga, cargo que relegó en uno de sus hermanos. A la edad de 50 años, Juan del Encina decide ordenarse sacerdote renegando así de toda la corriente humanista de la que había formado parte durante toda su vida. A partir de 1523, tras una peregrinación a Tierra Santa, se asienta definitivamente en León, donde el Papa León X le concedió ser prior de la catedral hasta su muerte. 

En su amplia producción artística nos encontramos tanto piezas musicales cómo obras literarias y  traducciones de Églogas de Virgilio. 

Para finalizar esta etapa os propongo la escucha de varias breves piezas como "Hoy comamos y Bebamos", "Ay triste que vengo" o "Levanta pascual".

Marcelino Mora González