De Robles y Setas

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Son las 01:17 del Miércoles, 19 de Marzo del 2025.
De Robles y Setas

 

Los robles tardan décadas en crecer. Las setas brotan un día y mueren al siguiente.

Se necesitan años para que un retoño se convierta en un roble maduro. Luego las bellotas crecen, caen, se convierten en retoños y vuelta a empezar.

Fueron precisos cien años para que el Instituto de Yoga de Bombay creciera. Ahora las clases del “yoga híbrido” son como la espuma: burbujean por un instante y enseguida explotan.

“Son necesarios al menos 20 años para formar un buen profesor de yoga”, decía Shri Yogendraji. Incluso un profesor de educación física necesita en mi país tres años de preparación para obtener el certificado que le capacita para ejercer su trabajo.

Ahora hay personas que hacen un seminario de fin de semana sobre yoga y empiezan a enseñar a la semana siguiente. El problema es que no existe una autoridad que establezca las reglas. Cualquier recién llegado, sin experiencia acreditada, puede dar clases de yoga.

El yoga trabaja sobre diferentes sistemas del cuerpo. Así, entran en juego el sistema muscular, las articulaciones, los ligamentos, el sistema circulatorio, el respiratorio, etc., de modo que se requiere un conocimiento adecuado de las posibilidades y limitaciones de todos ellos. Es un proceso lento, como el crecimiento de un roble. Por encima de todo, hay que entrenar la mente, y todo tiene que centrarse en el alma.

Sin embargo, esos recién llegados sabelotodo son capaces de hablar ante sus neófitos estudiantes de yoga indio e introducir, como si tal cosa, una o dos prácticas de artes marciales. De esta forma, con la inclusión de prácticas híbridas, se deshace el yoga.

Luego están los profesores que acuden en masa a Rishikesh, Chennai, Bihar o Bombay y, bajo la tutela del gurú local, crean una extraña amalgama de ideas y prácticas que más tarde utilizarán para enseñar a los crédulos estudiantes de su país, que aguardan con expectación el regreso a casa del profesor para ver qué nuevo plato añade al menú del día; y cuantos más platos, mejor. Aunque un profesor que enseña doscientas asanas, quizá sólo aspire a que le den el oro olímpico.

Cuán maravillosamente Patanjali en sus “Yoga Sutra” elaboró el método y con qué maestría añadió Yogendraji la metodología. El roble ha tardado años en madurar. Las setas están hoy aquí y mañana habrán desaparecido.

 

Harold Sequeira

Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)

Traducción: Juan Felipe Molina