Hablemos de tres grandes estoicos:
Estos tres pensadores y filósofos estoicos exhortaban a soportar las vicisitudes de la vida con coraje y con un estado mental equilibrado. En el yoga, el concepto de tapas (ver Yoga Sutra II.1) describe estas mismas ideas estoicas.
Marco Aurelio, nacido en el año 121 d. C. y fallecido en el 180, emperador del Imperio romano desde el año 161 hasta su muerte, se enfrentó a rebeldes y rebeliones desde el comienzo de su mandato. Por necesidad, tuvo que gobernar y combatir en muchas campañas a lomos de su caballo. Aun así, pasaba largas horas reunido con soldados y miembros de su séquito y de su estado mayor, discutiendo con ellos asuntos cotidianos y aconsejándolos. A partir de su propia experiencia empírica vital, desarrolló su filosofía estoica y una consiguiente capacidad para afrontar y soportar las luchas de la vida diaria con calma.
Cada noche en el frente de batalla, durante las numerosas campañas militares que acaudilló, este reflexivo emperador se retiraba a su tienda y anotaba sus pensamientos sobre las batallas, así como sus meditaciones, bellamente escritas, que se convertirían en un best seller e inspiraron a generaciones a mantener una calma similar a la del concepto de samatvam en yoga. Su libro Meditaciones sigue siendo un referente. Aunque pudo ayudar a cientos, Marco Aurelio no tuvo éxito en la formación de su hijo, y sufrió íntimamente esta incapacidad para ayudarlo.
También en la antigua Roma encontramos al genio polifacético de Séneca. Escritor, filósofo, dramaturgo, estadista y consejero imperial, también él siguió la filosofía estoica. Fue acusado de adulterio con la sobrina del emperador y desterrado, pero incluso en el exilio no perdió el ingenio, y a día de hoy sus escritos (las Cartas a Lucilo es su obra más conocida) siguen inspirando e iluminando las mentes.
Epicteto es otro famoso filósofo estoico. Nació en Hierápolis, una antigua ciudad helenística del Asia Menor, y llegó siendo niño a Roma como esclavo. Su filosofía se puede resumir en una palabra: soportar. Soportar los golpes y adversidades de la vida o, como diría Shakespeare, “sufrir los golpes y flechas de la escandalosa fortuna”. Su profundo dolor y sufrimiento se convirtieron en la esencia de sus escritos (véase Enquiridión, una recopilación de sus cartas).
Acabemos este artículo con el famoso (e intemporal) dicho de Epicteto: “Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo”.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)
Traducción del inglés y adaptación: Juan Felipe Molina