La Autosuperación Personal

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Son las 03:01 del Lunes, 23 de Junio del 2025.
La Autosuperación Personal

 

Cómo el doctor Jayadeva Yogendra consiguió que una pareja de sadhakas se casaran. Y cuando el hombre le preguntó el por qué de esta unión, el doctor respondió: “Es para tu superación personal”

 

 

Treinta y seis años después de su matrimonio, el sadhaka mayor, ahora un viejo veterano, reflexionaba acerca de la sabiduría del doctor para lograr que se casara.

“¿No soy yo el mayor?” -se decía a sí mismo-, “quizás el más sabio, quizás el más inteligente, con experiencia empírica vital tras haber vivido y trabajado en tantos países y culturas”.  Él era un hombre de mundo y ella, una joven y brillante ejecutiva, lo educó ¡y para su superación personal! “¡Venga, queridos maestros!, ¿acaso es esto una broma cósmica?”.

Tal como las huellas de todos los animales caben dentro de la huella de un elefante, así también lo hace la virtud de ahimsa (no violencia), que eleva a un hombre hacía la superación personal. ¡Voilà!, he aquí la primera lección para el sadhaka indómito, un paso importante hacia su autoevolución.

La segunda y la tercera lección son vivir y dar. ¿Conocía él este arte? No, desde luego que no. Lo apreció cuando la vio a ella alimentar a los pájaros hambrientos en la ventana de su cocina, o al dar de comer al empleado hambriento que se desmayaba por inanición y caí inconsciente de su bicicleta. O cuando la acompañaba a llevar comida a los pobres mendigos que yacían en las escaleras de las estaciones de tren. Tal es lo que aprendió él acerca de pensar en el prójimo. ¿Tenía esto en mente el doctor Jayadeva?

Ser humano y humanitario, humilde y sencillo, honesto, firme, sinceramente atento con las almas atribuladas… son algunos de los atributos más elevados de la superación personal. Esto es lo que lo aprendió el viejo fósil en un instante, y su alma se regocijó. Y el doctor Jayadeva quedó complacido.

 

Harold Sequeira


Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)

Traducción del inglés y adaptación: Juan Felipe Molina