Meditando sobre la luna

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Son las 09:17 del , 20 de Abril del 2025.
Meditando sobre la luna

 

Samyama sobre la Luna:

una meditación griega de Sócrates

 

 

Sócrates medita sobre la Luna

 

Sócrates, el más genial de los místicos griegos,

fue hasta un olivar en las afueras de la ciudad

en una noche de Luna llena, para meditar

durante el esplendor del astro.

 

Antes de caminar varios kilómetros,

descalzo, con un pan endurecido

guardado en una escudilla de madera,

llenó su cantimplora

con agua fresca del manantial.

 

Llegó al olivar tras una hora de caminata.

Había dicho kalinikta (buenas noches)

a Jantipa, su esposa. Ella sabía que él

iba a hacer su meditación mensual,

pero no sabía el dónde, el por qué ni el cómo;

su lengua era afilada,

era una mujer mordaz, una arpía,

así que Sócrates marchó en silencio.

 

Erguido para meditar

 

Fuerte era Sócrates,

cantero de joven

que había trabajado el mármol;

fuerte de músculos y tendones,

fortalecido además con sus prácticas místicas, que hacía solo,

para estar cerca de su alma

y, desde ella, cerca de Dios.

 

Noche de esplendor

 

Aquella noche, Sócrates contempló la Luna

allá en el cielo, con un matiz azulado,

rodeada por una luz celestial,

y pasó durante la primera hora

por las tres fases de la meditación:

primera, una intensa concentración mental, utilizando los ojos;

segunda, cuando la Luna queda fijada en sus ojos;

y tercera, cuando se capturan sus profundidades insondables.

Desde allí la mente se aparta

y sólo queda la Luna.

Sócrates, como cuerpo-mente, ha desaparecido.

Está en trance, está en samadhi.

 

Es como si él se hubiera convertido

en parte de la Luna a través de la meditación.

Su alma ve la Luna en todo su esplendor,

desde su origen hasta el momento presente.

 

Partida de rescate

 

Jantipa envió un grupo de búsqueda

para encontrar a Sócrates.

Lo hallaron en el olivar, congelado.

Lo reanimaron y lo llevaron a casa.

Estaba transformado,

pues había penetrado en el corazón de la Luna

y, así, las constelaciones circundantes,

sus movimientos, su fuerza y ​​su energía

se hicieron conocidos para él.

 

Harold Sequeira


Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)

Traducción del inglés y adaptación: Juan Felipe Molina