Gorakshnathji, el fundador de Hatha Yoga, se sentaba en una postura meditativa, solo y aislado en la cima de una colina en la ciudad Nasik, en el actual estado indio de Maharashtra, y así meditaba sobre el sonido de su interior.
Esta práctica, llamada Nada Anusandhana, se convirtió en la práctica meditativa fundamental en el Hatha Yoga.
Uno se sienta en una asana meditativa, escucha un sonido interno, después, como si fuera detrás del sonido, escucha sonidos internos cada vez más sutiles, hasta que la mente misma siente como si se estuviera disolviendo, como sal que se funde en el agua. Quien practica esta meditación, y solo después de perfeccionarla durante un largo período de tiempo, puede llegar a entrar en Samadhi y experimentar su verdadero Ser interior en un trance yóguico.
Gorakshanath era un maestro en esta práctica y, según la leyenda, permanecía sentado en la misma postura durante días, completamente ajeno a su entorno y a su propio cuerpo, integrándose en la vibración cósmica.
UNA PRÁCTICA MÁS SENCILLA PARA PRINCIPIANTES
Para escuchar la vibración del sonido interno, Shri Yogendraji trasladó la esencia de Nada Anusandhana a otra práctica, la de Yoni Mudra.
Para hacer Yoni Mudra, siéntate en una postura meditativa, cierra los oídos, los ojos, las fosas nasales y los labios (fíjate en la fotografía del final) y escucha los sonidos de tu interior, desde los más burdos a las más sutiles, hasta que llegues a escuchar las vibraciones internas del sonido. Se necesitan al menos 15 minutos para alcanzar esta experiencia sutil de la vibración interna. Entonces, uno se siente totalmente desapegado de la cotidianidad del mundo exterior y muy en paz.
NADA YOGA
Un músico con un oído entrenado también puede escuchar su música favorita atendiendo a las vibraciones del sonido y sentirse entonces elevado hacia su alma.
Los estudiantes de yoga avanzados pueden concentrarse en el chakra del corazón para escuchar el Anahata Nada, el sonido profundo. Obviamente, se necesitan muchas semanas y meses para sintonizar con Anahata, el chakra del corazón.
ESCUCHANDO LOS LATIDOS DEL CORAZON
Tumbado en Savasana, dirige tu atención a la punta de la nariz, siente el roce del aire en esa zona y permanece así hasta que la respiración se vuelva suave y casi sin ruido. Lentamente, extiende este sentimiento y viaja hasta tu corazón para intentar escuchar sus latidos.
En términos de frecuencia sonora, el sonido de los latidos del corazón está por debajo del sonido de la respiración, y sólo cuando tu respiración se haya vuelto casi silenciosa podrás escuchar los latidos de tu corazón. Para llegar a experimentar esto se necesitan al menos 20 minutos de práctica, sabiendo que los resultados mejorarán con el tiempo. Las personas que sufren de tensión en el corazón pueden aprender a relajar de esta forma su corazón, pero deben consultar antes a su médico.
RESUMIENDO
Generalmente estamos a merced del sonido. La mayoría de nosotros no podemos ir más allá del incesante estrépito del sonido. A través de las prácticas yóguicas mencionadas anteriormente podemos alcanzar Ananda, que es alegría y felicidad suprema, tal como lo demostraron Gorakshanath y Yogendraji.
¡Gracias por tu atención!
Harold Sequeira, Maestro de Yoga en The Yoga Institute (India)
-Traducción: Juan Felipe Molina-
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