“Un político solo puede tener miedo a tener que hablar en público sin argumentos o defender una posición en la que no cree”. Por ello López Montero en su labor parlamentaria municipal ha cuidado con especial esmero sus intervenciones con “trabajo, coherencia y rigor, con el objetivo de influir pensando en el bien común”. Es otro de los principios que ha caracterizado su trayectoria, “hacer política con la cabeza y nunca con las tripas o el corazón, porque antes del interés particular y partidista debe estar el bien general” . Esa influencia del grupo municipal de IU se ha notado sobre todo en la última legislatura donde se tuvieron que tomar decisiones de gran calado para Puertollano: “Llegó un día Hermoso Murillo y me dijo, o aprobáis un Plan de Ajuste o tenemos que cerrar el Ayuntamiento. Y decidimos hacer política con la cabeza, a pesar de que las tripas nos invitaban a hacer lo contrario, y aprobamos con el PSOE un Plan de Ajuste con el que se evitó la intervención del Ministerio de Economía y Hacienda”.
Destacó de su influyente balance la petición formulada por IU para que se hiciera una auditoría pública del Síndico de Cuentas “que acabó con la dimisión de Hermoso Murillo”, o la constitución de una Comisión especial para investigar las concesiones municipales, cuyo descontrol ha supuesto un coste millonario para el ayuntamiento o la insistencia “para que el secretario accidental acusado de falsedad documental no levantase actas en el Pleno municipal”. Por todo ello, entre otras cosas López Montero, -se enorgullece - “ha sido el grupo político más influyente de la pasada legislatura, y eso lo reconocen, siendo mínimamente objetivos, hasta los de derechas”.
Aunque las heridas de las refriegas políticas se las ha intentado dejar en el Ayuntamiento o utilizando “el antídoto de kilómetros de carretera o de caminos montando en bicicleta”, su deporte favorito, sin embargo no puede evitar el recuerdo amargo de situaciones que trae a la memoria: Se le torna el gesto de tristeza a López Montero cuando piensa en los avatares de su formación política en los últimos meses, donde la ruptura y la división del grupo político de IU han sido “las heridas más duras, más difíciles de olvidar… Un poso que espero que los nuevos concejales de IU hagan el esfuerzo necesario por restañar esas heridas”.
Ha sido concejal con todos los alcaldes democráticos desde Ramón Fernández Espinosa, Santiago Moreno, Manuel Juliá, Casimiro Sánchez, Joaquín Hermoso o Mayte Fernández, pero de quien mejor recuerdo guarda es de Manuel Juliá “que fue expulsado de la alcaldía a los seis meses de tomar posesión por sus propios compañeros de partido, cuyo acto me produjo una gran tristeza y ha sido uno de los grandes disgustos de mi vida municipal…”
Tampoco recuerda con especial agrado el tiempo de “matrimonio” político entre PSOE e IU en el gobierno municipal (2005-2007), que desembocó en una mayoría socialista en la siguiente legislatura, con la que López Montero se mostró especialmente crítico por “la falta de racionalidad” en el gobierno municipal , porque “no tiene sentido hacer un parque que no se utiliza (Terri) o tener dos estadios de fútbol, o desarrollar suelo con la única meta de especular o –añade- no tiene sentido realizar una política presupuestaria suicida y despilfarradora que ha llevado a este Ayuntamiento a una difícil situación que se arrastrará durante muchos años”.
Finalmente, ante el mosaico de cuatro fuerzas representadas en la nueva legislatura, López Montero recomienda a Mayte Fernández “que haga un esfuerzo por dialogar y consensuar con todos los grupos de la oposición y no rechace ningún apoyo porque una ciudad que es incapaz de ofrecer trabajo a los jóvenes dónde sólo florecen los bares y las terrazas, necesita el esfuerzo de los veinticinco concejales”.
La Voz de Puertollano
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