Monarquí­a bananera

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Son las 11:47 del Martes, 7 de Mayo del 2024.
Monarquí­a bananera

 

«La política es más peligrosa que la guerra porque en la guerra se muere una sola vez »

Winston Churchill

 

El cambio climático ha debido ser… Los vientos tradicionalmente propios de otros continentes se han trasladado hacia la vieja Europa que ya no quiere ser.

Los dadores de lecciones de democracia se han encontrado con una sorpresa inesperada: en su manual había también un gran capítulo para el ejercicio de la tiranía.

El Primer Ministro ultrabritánico Boris Jhonson, ha cerrado el Parlamento de Westminster y, no por obras, sino para hacer callar a los representantes del pueblo ante un problema cada vez más incierto para el mundo, como es la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea. Ambos, asisten a la destrucción progresiva del otrora estado del bienestar que promovieron, desarrollaron pero que no consolidaron.

 ¿A quien le interesa semejante escarnio? Las oligarquías norteamericanas, rusas y chinas están al acecho junto a las grandes corporaciones de la globalización para repartirse el botín. Mientras, los de siempre, recogen las migajas de tal bacanal de lujuria o asisten a su exterminación.

Sabemos que se trata de remover el río para que los pescadores de siempre   consoliden sus ganancias y ahonden cada vez más en la precariedad o incluso en la miseria a los ciudadanos. Estos ya no podrán quejarse. Se han convertido en cómplices de esta innominia ratificándola con su voto. ¡Bendita democracia!

Este hecho inédito, promovido por el desbordamiento narcísico de David Cameron ante el gran descontento provocado por la crisis económica ha puesto al mundo ante una gran encrucijada. En este contexto,  los sentimientos más bajos de cada uno se anteponen a los grandes valores de la democracia: la envidia, la codicia y la insolidaridad. Valores preciados para los abanderados de la sinrazón.

El cierre del parlamento británico significa un precedente peligroso para la democracia. El debate molesta, incordia. La posibilidad de cambio de opinión asusta a los tiranos que actúan disfrazando sus malas artes entre los valores democráticos para, en definitiva, dinamitarlos.

Quizás el ultrabritánico se haya basado en las viejas palabras de Winston Churchill para no cejar en el empeño de descuartizar el estado de derecho: “El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”

Una de las más antiguas democracias europeas con su tradicional elegancia ni está ni se la espera. El hooliganismo ha tomado el relevo y me temo que va a ser para mucho tiempo. La Reina Isabel lo ha ratificado.

 ¡Que dios nos salve de la reina!

 

Viñeta: Miguel López Alcobendas