La época prenavideña ha regresado a nuestras vidas con su iluminación y su barullo. Las calles se vuelven a abarrotar de vida a pesar del frío y la humedad de estas fechas. La música, como en cada etapa de nuestra vida, sigue siendo una de las protagonistas y nos acompaña en prácticamente todas las actividades de estas fechas. He estado tentado de hacer una revisión de algunas de las propuestas navideñas de este año que me parecen más interesantes y que tienen algunos tintes nostálgicos de músicas de unas décadas atrás.
Lo haré en la siguiente publicación. Lo haré aún a sabiendas de que se quedarán infinidad de canciones en el tintero. Sin embargo, antes de ello, me gustaría invitaros a escuchar una pieza musical de carácter navideño que invita a alejarse un rato del barullo de las calles, recuperar algunos momentos de calma y reflexión y centrarse en la esencia y sentido de la Navidad (El nacimiento de Cristo), o simplemente disfrutar de buena música.
El 22 de noviembre de 1913, día de Santa Cecilia (patrona de los músicos), nacía en Lowestoft, Inglaterra, el primer músico en recibir un título nobiliario y en aparecer en el reverso de las monedas de cincuenta peniques: Benjamin Britten.
Britten es considerado uno de los músicos ingleses más influyentes y reconocidos del siglo XX. Su música abarca prácticamente todas las agrupaciones musicales, desde obras solistas hasta música sinfónica pasando por obras vocales. Estas últimas fueron una constante en su repertorio y están estrechamente ligadas al tenor Peter Pears, quien fue su pareja sentimental desde 1936 hasta su muerte en 1976.
En esta ocasión, y aprovechando la época prenavideña, me gustaría hablaros de una de las obras vocales compuestas por Britten que más me gusta: A Ceremony of Carols. Esta colección de villancicos fue escrita en 1942 cuando, tras el exilio de Britten y Pears a Estados Unidos por la Segunda Guerra Mundial, ambos regresaban a Inglaterra en barco. La pieza está compuesta para voces y arpa y consta de un total de 12 movimientos entre los que se encuentran una procesión que da comienzo a la pieza (y su respectiva variación al final para concluirla), nueve villancicos y dos interludios de Arpa.
Tal y como se puede apreciar, Britten ha sabido recoger en su música la majestuosidad y humildad de quien da sentido a estas fechas. Además, Benjamin bien podría ser el protagonista de ese famoso anuncio de turrones donde los protagonistas vuelven a casa por Navidad...
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