Un poco perdido

Son las 06:55 del , 5 de Mayo del 2024.
Un poco perdido

Esta semana os hablo de un libro que en casa tiene mucho éxito y que leemos muchas veces, se trata de Un poco perdido de Chris Haughton, escritor e ilustrador irlandés que ha trabajado de manera independiente desde muy joven. Colabora con organizaciones de comercio justo en varios proyectos sin ánimo de lucro. En 2007 fue  elegido como uno de los 100 diseñadores más destacados por la revista Time por su trabajo en una firma de ropa de comercio justo People Tree. Publicó en Corea la primera edición de Un poco perdido, en 2010. Ya ha sido traducido a 20 idiomas y ha ganado premios en 7 países. ¡Oh no, Lucas! vio la luz en 2012 y resultó ganador del premio que concede la Junior Magazine Picturebook. Su tercer libro, ¡Shh! Tenemos un plan, ya ha cosechado varios galardones y menciones a nivel internacional desde el año de su publicación (2014). En 2016 ha publicado el cuarto de sus álbumes ilustrados, Buenas noches a todos, que ya se ha traducido a 13 idiomas.

 

Un pequeño búho se adormece y cae al suelo, perdiendo a su mamá. La busca por todo el bosque con ayuda de una ardilla, que le va sugiriendo una mamá tras otra… hasta que la rana ayuda a ambos a encontrar a la verdadera madre.

Una historia muy tierna y divertida sobre un pequeño búho al que le entra sueño y al quedarse dormido cae al suelo desde lo alto de un nido, perdido y desorientado le describirá a una ardilla, como es su madre, pero la ardilla aunque muy buena samaritana no es muy avispada y no dará con la mamá del pequeño búho. Al final el pequeño búho logrará encontrar a su mamá, pero oh oh, le ha vuelto a entrar sueño…

Un álbum sencillo y repetitivo con hojas en diferentes formatos La técnica de colores planos, irreales y naif le confiere mucha limpieza y legibilidad, y a ello contribuyen también los fondos blancos que vemos en muchas de las páginas. Otra gran virtud es la expresividad con la que el autor ha conseguido dotar a sus personajes a partir de elementos muy simples, pues la caracterización de los personajes es esquemática, a base de manchas de color. Los ojos, la gesticulación y el lenguaje corporal están muy bien aprovechados, y transmiten sensación de diálogo y movimiento. A estos aciertos se suma el uso del sentido del humor, y una fórmula repetitiva que suele ser del agrado de los más pequeños.

Irene Rosa Peña