Desde aquí, la palabra “patria” suena artificial. El amor a la Patria parece una entelequia, una mentira que nos cuentan, que nos contamos desde niños. Prueba a vociferar “patria” desde aquí, sobre estos valles abiertos y apacibles, bajo estos cielos tan cicateros en humedades. Prueba y verás cómo tu voz no se hace eco en ningún risco. El concepto “patria” desde tu garganta se torna débil y equívoco.
Decir “tierra” ya es otra historia. La tierra es un concepto que se deja tocar con la mirada, que se deja contar en hileras de olivo, que inclina sombras sobre laderas, que no se deja trazar fronteras. El amor a la tierra… A la tierra.