Por lo visto, es el mito el que hace paisaje: “fue allí donde por primera vez…”, “este fue el lugar que inspiró aquellos…” Es la mente la que revela el mito y el paisaje, o podría ser el corazón o el alma. Llámalo como prefieras. La cuestión es que el paisaje se construye desde dentro hacia fuera.
Suele manifestarse justo como lo pinta un pintor que no acierta a reproducir lo que hay, sino “lo que ve”. Su cosmovisión dejará esbozada una particular filosofía del mundo y de la vida.
El escritor a menudo relata siluetas de sierras, mares, llanos y valles que enmarcan su horizonte existencial donde hace visible lo invisible. Delata lo que de oculto hay en el reverso y así encuentra un camino, una forma de pensar y explicarse el universo.
