Setenta aniversario de la COPE de Puertollano

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Son las 10:36 del Viernes, 26 de Abril del 2024.
Setenta aniversario de la COPE de Puertollano
Cuando celebráis el setenta aniversario de la fundación de la emisora, anteriormente Radio Popular y en la actualidad Cope, me gustaría al igual que Paco González o  Santi Cañizares (entre otros) daros mi más sincera felicitación, aunque no sea  ningún oyente famoso, tan sólo un fiel oyente de la Cope desde hace más de cincuenta años.
 
Recuerdo que apenas tenía diez años, cuando en mi casa compramos un transistor marca Lavis, al que mi madre le llamaba “el arradiejo”, por su pequeño tamaño, y fue por entonces, cuando tanto yo como mi hermano y mi madre (q.e.p.d.) nos enganchamos a la radio por las noches y sobre todo por las mañanas temprano antes de irnos al colegio.
 
El primer recuerdo que me ha venido a la mente, al escuchar que en éste mes la Cope cumple setenta años, ha sido la primera vez que siendo un niño junto con mi hermano mayor que yo, fuimos una tarde a la emisora de Radio Popular, que entonces creo recordar que estaba en la calle Aduana, en un viejo inmueble a la cual se accedía por una escalera , a mí me pareció que tenía los escalones de madera por el ruido que hacia al pisar sobre ellos.
 
Nuestra primera visita a la citada emisora, se debía a que por entonces era muy habitual en las emisoras de radio, los programas de discos dedicados, que consistía que previo pago de una módica cantidad, podías seleccionar una o varias canciones junto con una dedicatoria para un familiar que cumplía años, y nos hacía ilusión a mi hermano y a mí, felicitar a nuestra abuela paterna, con un disco de la Niña de la Puebla, y más concretamente la canción de los Campanilleros, que tanto le gustaba escuchar a ella.
 
Y cuando llegó la tarde de su cumpleaños, le pusimos el transistor para que la escuchara la canción y la dedicatoria, la cual le hizo mucha ilusión, aquella tarde la recordaré toda mi vida.
 
Pasaron unos años y aquella emisora se trasladó a la calle Alejandro Prieto, su domicilio actual, y estando allí, fue cuando empezamos a escuchar un programa que empezaba a la ocho de la mañana y que se llamaba La Radio en el Trabajo, y era presentado por un locutor llamado Juan Bautista y que durante unos años se encargó de organizar una gala en el Gran Teatro con diversos cantantes de la época, y que yo junto con mis amigos pudimos presenciar hasta el último año de su existencia.
 
Quiero recordar que el citado programa era muy ameno y sobre todo tenía algo que le hacía especial, y eso era los concursos que el citado Juan Bautista hacía para los oyentes, que consistía en hacer una pregunta sobre algún cantante y teníamos que enviar una o varias cartas a la emisora con la respuesta acertada y participabas en un sorteo de uno o varios lotes de discos, ya algo pasados de “moda”.
 
Una mañana cuando me levanté y nada más encender el transistor, escuché mi nombre y dirección, como ganador de uno de los citados lotes de discos, me puse muy contento, sobre todo porque iba a conocer la radio por “dentro” y las personas que en ella trabajaban, ya que si quería tener los citados discos tenía que recogerlos personalmente en la emisora.
 
Llegó el día de ir a recoger mi lote de discos y llamé al timbre de la emisora y me abrió la puerta una mujer de pelo moreno y mediana estatura, la que por la voz reconocí como una de las locutoras del programa que escuchaba, siendo muy diferente a como yo me la había imaginado.
También recuerdo ver dos estudios con sus grandes ventanas y puertas muy gruesas del estilo de las cámaras frigoríficas industriales junto con una mesa con varios micrófonos, enchufes y cascos auriculares, y me llamó la atención una luz roja que indicaba que en el interior del estudio, la voz del locutor “estaba en el aire”.
 
Y aún hoy, cuando estoy a punto de cumplir sesenta y dos años, sigo escuchando la Cope desde muy temprano, hasta muy tarde, ya que tengo dificultad para conciliar el sueño, y todavía a pesar de las nuevas tecnologías, me sigo informando a través de la radio y de sus diferentes programas informativos y de entretenimiento, y si algo la diferencia de la televisión, es sin duda, su rapidez en dar las noticias, siempre por delante de ella, y por más que la intentan imitar haciendo programas de tertulias y de opinión en las que se habla de todos los temas de actualidad y los tertulianos parecen saber de todo, como decía la gran Encarna Sánchez, eso no es hacer televisión, eso es hacer RADIO.
 
La radio sigue estando viva a pesar de todas las plataformas que existen incluido internet, y creo que el secreto está en esos maravillosos profesionales que consiguen que día tras día, terminemos acogiéndolos como miembros de nuestra propia familia, y que cuando fallecen, como es el caso reciente de Juan Pablo Colmenarejo, entre otros muchos, nos sintamos un poco huérfanos y los echemos tanto de menos.
Larga vida a la radio y larga vida a la Cope.
 
 
JOSE LUIS GUIJARRO BARBA