Este análisis lo ha realizado durante un desayuno informativo en el que han participado una treintena de periodistas de toda la región, en el que ha hecho balance de 2017 y ha expuesto los principales retos de su gobierno para 2018.
En lo relativo al balance de 2017, el presidente castellanomanchego ha propuesto sacar "dos lecciones positivas" a pesar de que ha sido "un año convulso en muchos aspectos", una de las cuales es que España, y también la región, están "un poquito mejor" y se está "empezando a ganarle el pulso a la crisis", también en términos de reequilibrio social.
El segundo análisis es que "España remonta el vuelo y lo está empezando a hacer sin ninguna burbuja" aunque también crece el sector inmobiliario, y lo "empieza a levantar sobre una reacción de todos los órganos, globalmente, aunque quizá con mucha precariedad en el trabajo".
En cualquier caso, ha valorado que "hay un principio de reactivación en el trabajo" y ello, unido a los indicadores económicos, le llevan a pesar que la economía española se mantendrá "quizá con signo positivo de crecimiento durante los próximos diez años", aunque no todos los años se crezca al 3 por ciento.
Por ello, ha calculado que "es posible el objetivo de restaurar el estado de bienestar que había antes de la crisis" en servicios sociales en la región "entre esta y la mitad de la próxima legislatura".
Para alcanzar estos objetivos, García-Page se ha fijado como reto captar el mayor número posible de empresas y, por lo tanto, fomentar la generación de empleo de la región, y ha augurado que Castilla-La Mancha, en 2018, crecerá por encima de la media en empleo.
En este sentido, ha avanzado que tiene "seis o siete proyectos sobre la mesa" para la instalación de "empresas muy grandes" que "van buscando las vías de comunicación", sobre todo la A-5 y la A-6, toda vez que "Madrid se ha quedado pequeño" y la zona de desarrollo puede ser Castilla-La Mancha, donde buscan polígonos industriales con parcelas de unos 200.000 metros cuadrados, que son las que necesitan las empresas de logística y distribución.
Asimismo, el presidente regional también ha recordado que a partir de enero, los empleados públicos verán incrementados sus salarios un 1,5 por ciento, con lo que se dará por recuperada la bajada del 3 por ciento que se aplicó en la pasada legislatura.
Y ha reivindicado que todo ello se hará "cumpliendo los objetivos de déficit y sin estrés fiscal" porque "la economía está reaccionando y mejoran los ingresos en muchos aspectos".
También ha adelantado que en 2018, Castilla-La Mancha organizará una serie de actos para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución Española y ha considerado que "en esa defensa cabe la opción de mejorar, pero solo se puede mejorar algo en lo que se cree".
"Si en España no hay cambio constitucional, salvo que haga con un amplio consenso, me temo que la Carta Magna tiene más años por delante de los que ya tiene", ha considerado el presidente autonómico, que ha matizado que lo teme "positivamente".
En cualquier caso, ha advertido de que, como presidente autonómico, y en alusión a la futura negociación de la financiación autonómica, va a ser un "vigilante férreo" de los derechos de los castellanomanchegos para que no se tomen "como "moneda de cambio".
"No se va a usar Castilla-La Mancha como elemento de pelea ni contra el Gobierno de España ni para participar en ningún coro autonómico para debilitar las instituciones del Estado, sino al contrario", ha aseverado García-Page que, en cambio, ha sospechado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, va a intentar "dar largas" a la negociación autonómica debido a la situación de Cataluña.
En este sentido, ha admitido que la situación de la política catalana "no ayuda a que haya consenso" en torno a la financiación autonómica y ello, unido a "la mentalidad del Gobierno" es, según García-Page, "la madeja perfecta" para que el Ejecutivo central trate de eludir el tema.