Según la información recogida por Efe en el Archivo Histórico Provincial, la exposición pretende difundir y resaltar el valor patrimonial de una serie de documentos y planos originales relacionados con el catastro del Marqués de la Ensenada realizado en España a mediados del siglo XVIII.
En este periodo histórico lo que hoy es Ciudad Real formaba parte de la provincia de La Mancha, que existió como circunscripción oficial en Castilla desde 1691 hasta 1833.
Fue creada para facilitar la gestión más eficaz de la administración del extenso antiguo Reino de Toledo y su capital fue Ciudad Real, salvo Almagro en un breve periodo, entre 1750 y 1761.
A finales del siglo XVIII se incorporaron varias localidades de Toledo pertenecientes a la Orden de Santiago y, posteriormente, algunas de la Orden de San Juan.
La provincia de La Mancha fue disuelta por la reforma administrativa de Javier de Burgos en 1833 y los municipios que la componían se distribuyeron en cinco provincias distintas: la mayor parte de ellos pasó a formar parte de la provincia de Ciudad Real, los de la zona del partido de Alcaraz se incorporaron a la provincia de Albacete y otras localidades se añadieron a las provincias de Cuenca, Toledo y Jaén.
En el Archivo Histórico de Ciudad Real se conservan numerosos planos originales de las villas que pertenecían a la demarcación de La Mancha, que forman parte del catastro de Ensenada, un censo de carácter fiscal diseñado en el contexto de las reformas producidas en la Europa ilustrada del siglo XVIII.
El proyecto fue establecido e impulsado mediante un decreto de 10 de octubre de 1749 por el ministro de Fernando VI, el marqués de Ensenada del que toma el nombre.
El objetivo de esta reforma fue establecer un nuevo sistema fiscal en los territorios de la Corona de Castilla con el propósito de sustituir las antiguas rentas provinciales por una contribución única, tratando de que todos los estamentos, incluyendo la nobleza y clero, contribuyeran al sostenimiento de la hacienda en función de su nivel de riqueza.
Para ello era necesario obtener previamente la información sobre la riqueza del país y se utilizó el pueblo y su término como unidad jurisdiccional.
El resultado fue un volumen muy importante de información de carácter económico-fiscal, demográfico y gráfico sobre las localidades de la Corona de Castilla a mediados del siglo XVIII que hoy es fuente para la investigación histórica. EFE