El teléfono móvil

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Son las 09:38 del Jueves, 9 de Mayo del 2024.
El teléfono móvil
Hacía mucho que no me sorprendían los medios de comunicación con una noticia como la que escuché el otro día de ese grupo de padres de Barcelona que están luchando contra el uso de teléfonos móviles entre sus hijos menores de dieciséis años.
Siempre he pensado  que los problemas no los traen las cosas, sino el mal uso que les damos. Leyendo artículos especializados quedan claros los problemas que a niños y adolescentes, les puede producir el uso incontrolado del móvil y el acceso a redes.
 
He encontrado una larga lista:
 
- Dependencia.
- Trastornos del sueño.
- Problemas de conducta.
- Ansiedad e irritabilidad.
- Déficit de atención.
- Disminución de concentración y memoria.
- Daño visual.
- Dolores de cabeza.
- Aislamiento social, soledad y problemas de comunicación.
 
Valgan estos ejemplos, aunque hay otros muchos que podrían mencionarse, hasta llegar a la NOMOFOBIA que es el trastorno grave que puede causar el teléfono móvil, cuando el usuario, sea cual sea su edad, tiene un  miedo irracional  a estar sin el celular.
¿Que sucedería si una mañana el mundo entero amaneciera sin teléfonos móviles? Seguramente sería una tragedia mundial, pero igual nos dábamos cuenta del uso inadecuado que le estamos dando.
El teléfono móvil es un gran avance, con una aportación muy positiva en áreas como la laboral, sanitaria, social, ocio, pero siempre que se le de un uso adecuado.
 
Compararemos situaciones:
Una persona mayor que vive sola en una casa aislada en un pequeño pueblo rural, tiene una ayuda inmensa con ese móvil que le permite comunicar con su familia, avisar a los servicios sanitarios si se le presenta algún problema o, sencillamente, encargar que le traigan productos de alimentación a su domicilio. Hablaríamos aquí de un buen uso del teléfono.
Niña o niño de once años con teléfono móvil disponible a todas horas, con acceso a internet y redes sociales, sin control parental. Incluso lo utiliza desde la cama, por mucho que le añadamos la frase de “todos lo tienen” no es un uso adecuado del teléfono.
Los menores con un uso indiscriminado de los móviles, pueden ser objeto de todo tipo de problemas, tal como ya estamos viendo: acoso, escolar o de adultos, acceso sin control a páginas de pornografía; entrar en chats o redes de mafias dedicadas a diversos tipos de extorsiones, además de los trastornos que he definido anteriormente, por exceso de uso, hasta el extremo de crear una auténtica dependencia, que necesita realizar un tratamiento para liberar al paciente.
Todos podemos observar escenas que nos deben hacer reflexionar:
En una cafetería vemos  una pareja o unos amigos, sentados frente a frente, cada uno contemplando su pantalla, pero sin hablarse ni relacionarse.
En un restaurante en la celebración de una comida familiar, podemos ver cómo adultos y jóvenes  están pendientes de sus teléfonos y no de la conversación, ni de la comida.
Un casi bebé, en su cochecito, al que sus padres colocan el móvil, por supuesto con contenidos infantiles para que se entretenga.
Nos estamos acostumbrando a dar por normales comportamientos y conductas que no lo son, que además no son adecuadas para un desarrollo sano.
Los profesionales de la salud mental cada vez se quejan más de la cantidad de trastornos y problemas que se encuentran en su quehacer diario que se le relacionan con este tema. Uno de los que más preocupa en este momento es el suicidio infantojuvenil.
Comunicarse persona a persona, mirarnos a la cara, no aislarnos de los demás, hablar,  son conductas necesarias para una buena salud mental, por ello me parece tan importante esta noticia de ese grupo de padres valientes que se atreven a poner remedio a un problema, aunque sea en contra de todo un comportamiento establecido en la sociedad.
 
 
Lourdes Carrascosa Bargados