Según la OMS, el 39% de la población adulta mundial es obesa. El país con más obesidad es Nauru, una minúscula isla en el Océano Pacífico, cuatro mil kilómetros al suroeste de Australia, donde la riqueza derivada de comercializar los excrementos de las aves y venderlos por millones de toneladas para la agricultura volvió a su población perezosa, alteró sus hábitos alimenticios, disparó el consumo de alcohol y, de ser una isla saludable, pasó a convertirse en un emblema de la obesidad. Y, con ella, empeoró la salud general: los casos de diabetes se dispararon, los problemas de corazón fueron en aumento y el estado mental general también se vio afectado. Con tanta riqueza fácil nadie quería trabajar, y esta isla se convirtió en un caso de estudio de lo que puede suceder cuando la obesidad crece sin freno.
La obesidad y sus consecuencias son una de las principales causas de muerte, según la OMS. Al menos 2,8 millones de adultos mueren cada año como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Los índices más bajos de obesidad se dan en Timor, Japón y Nepal, con porcentajes en torno al 3%.
Aunque existen influencias genéticas, ambientales, sociales, metabólicas y hormonales, la culpable de la obesidad es la ingesta excesiva de calorías y de alimentos procesados. Estados Unidos es uno de los países que encabezan las tasas mundiales de obesidad. Uno de nuestros estudiantes, que regresó a la India tras pasar 12 años en Estados Unidos, nos resultó irreconocible, pues se había transformado tanto como para pasar de ser un tipo esbelto a convertirse en una silueta llena de redondeces. El exceso de alcohol fue la causa de este deterioro. Cuando aterrizó en Bombay el otoño pasado, gastó 60.000 rupias (unos 665 euros) en alcohol para su fiesta de regreso ¡en una sola noche!
¿Qué más hizo mal nuestro ex alumno? Consumo excesivo de bebidas azucaradas, de cereales refinados, de patatas fritas, de carnes rojas, de salami, jamón, tocino, salchichas… todos como acompañamiento de la bebida.
¿Qué nos aconseja el yoga para reducir la obesidad?
- Veinte minutos diarios de asanas de estiramiento, compresión y torsión
- Pranaymas, especialmente Yogendra Pranayama 5, que deshace la grasa
- Relajación, para reducir el estrés y las ganas de comer
- Caminar
Mediante estas y otras prácticas, yo mismo pasé de pesar 84 kilos a sólo 62 kilos en unos años.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga. The Yoga Institute. Bombay (India)
Traducción: Juan Felipe Molina