Prueba a hacer lo siguiente: toma una hoja de papel en blanco e intenta dibujar con un lápiz un círculo que sea totalmente perfecto.
¿Lo has logrado? Entonces, ¿cómo puedes esperar la perfección en la vida material?
A medida que creces, ya desde la guardería, vas viendo defectos en todo y en todos los que te rodean. Mas tienes que aceptarlo y continuar. Tú también eres un reflejo de lo que ves.
Luego conviertes en héroe a alguien de tu familia. Pero, tarde o temprano, te darás cuenta de que sus pies son de barro, endebles y quebradizos.
Más adelante encuentras a quien parece ser un brillante maestro. Aunque, cuando lo observas de cerca, no es más que un loro de colorido plumaje.
Entonces llegan los líderes religiosos, huecos por dentro. Lo mismo que los líderes políticos, una farsa.
Quizá admires a los grandes empresarios, ricos como Creso. "Su riqueza es a menudo una maldición", decía Shri Yogendraji.
¿Qué queda? ¿Tú? Mírate mejor: falseando las situaciones de la vida para quedar bien. Podrías ser un buen chiste, en el mejor de los casos.
Así pues, ¿dónde está la perfección? “No existe la perfección en la vida material”, afirmaba el doctor Jayadeva Yogendra. Porque toda la materia se descompone, implosiona, se hace pedazos, se transforma. Sólo tu alma está intacta. Busca el alma.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)
Traducción: Juan Felipe Molina