“Una persona absolutamente extraordinaria”, dice mi esposa Promil después de asistir a tres satsangs de Swami Ramdas en Malsar.
Su morada está cerca del lugar donde Paramhansa Madhavdasji alcanzó el Samadhi. Un gran tapaswin, un asceta y místico que escucha a todos en silencio y da breves respuestas por escrito.
Durante doce largos años no habla, se comunica a través de la escritura. Pasa largas horas en meditación, absorto en el Señor, que lo ha bendecido otorgándole un espíritu resplandeciente.
Su alma es capaz de iluminar tu vida cuando te encuentras con él en la habitación de sus prácticas espirituales, con vistas al río Narmada, en Malsar. El prana llega desde el río y fluye poderoso en esta sala, haciendo que la palabra escrita del sabio resuene potente.
Su cuerpo es delgado, apenas pesa 55 kilos a sus 65 años. Necesita poco para alimentarse cada día, tan sólo un litro de leche y algo de fruta. “Junto con el doctor Jayadeva Yogendra, para mi es la persona más espiritual”, dice Promil, llena de pura alegría y de dicha ante su presencia.
La práctica
Él se centra en los “Yoga Sutras” de Patanjali, en su capítulo II, sutra 1, donde se nos habla del kriya yoga. Qué maravilloso tesoro compartió con nosotros el gran sabio Patanjali, dándonos su ecuación sobre el misticismo con este sutra magistral.
El primer concepto en el Yoga Sutra II.1 trata sobre la depuración o limpieza. El segundo concepto trata sobre la meditación. El tercer concepto tiene que ver con la absorción en Dios.
Así lo hace Swami Ramdas, bendito seguidor de Paramahamsa Madhavdasji. Nuestras almas se regocijan por haberlo encontrado aquí en Malsar, a orillas del sagrado río Narmada.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga. The Yoga Institute. Bombay, India
Traducción: Juan Felipe Molina
