Meditar sobre la pausa entre la inhalación y la exhalación.
De ahí a la realización. He aquí el beneficio de la práctica.
“VIJNANA BHAIRAVA TANTRA”, versos 22 y siguientes
_____________________________________________________
En 1993 fui invitado por nuestros sadhakas de Australia a dirigir varios seminarios sobre yoga y misticismo para sus estudiantes y profesores en Brisbane, Melbourne y otras ciudades australianas. Por aquel entonces, mis conocimientos sobre esta materia provenían de los cursos de capacitación para profesores en The Yoga Institute de Bombay, así como de las notas que había elaborado para el cuarto volumen de la Yoga Cyclopedia, editada por el doctor Jayadeva Yogendra y centrada, precisamente, en el misticismo y el yoga.
Entonces sucedió que uno de los profesores sénior que yo había formado en Beirut y Atenas me pidió que me uniera a él en su visita al ashram de Osho. De mala gana, lo hice. Y para bien, allí encontré, en su librería, cerca de 60 libros publicados sobre misticismo, libros de tapa dura que iban a ser sustituidos por ediciones de tapa blanda, de modo que el lote antiguo estaba en oferta. Libros que en la actualidad se venden por más de mil rupias (unos 11,40 euros) entonces costaban sólo 60 rupias (algo más de medio euro al cambio actual). Los compré todos y, de esta forma tan inesperada, me hice con un gran tesoro
Uno de estos libros, renombrado “La Doctrina Secreta” a partir de su título original “Vijnana Bhairava Tantra”, fue redactado por el genio de AbhinavaGupta en torno al año 1000 d.C. En él, Shiva revela 112 técnicas de meditaciones místicas y compendia una amplia gama de prácticas místicas, introspecciones y revelaciones. Entre todas ellas, una práctica importante es reconocer y ser consciente de los intervalos, de las pausas o vacíos entre la respiración que entra y la respiración que sale.
Así pues, tomé mi reproductor de CD y me metí dentro del mosquitero del segundo dormitorio de mi casa, no sin antes advertir a mi esposa de que abandonaría el lecho matrimonial durante algunas semanas o meses, el tiempo necesario hasta que adquiera experiencia en esta práctica.
Pasaron los días, pasaron las semanas… Tuve que realizar mi práctica sin guía ni maestro. ¿Estaba preparado? Ciertamente, Shiva me estaba esperando. De modo que una noche, mientras escuchaba un CD con mis auriculares, yo (con todas mis “koshas”, las capas o envolturas de mi ser) desaparecí. Sí: fui absorbido por un abismo de increíble belleza, misterio, profundidad, grandeza, miedo... Y una voz interior me dijo: “Si continúas, tu chitta (mente) se disolverá y podrías quedar como un muerto viviente, o bien como alguien que se ha convertido en un conocedor de la doctrina secreta de Shiva”. Entonces reflexioné y me dije: “Estoy dispuesto: voy a continuar con la experiencia”. Después, esa misma noche y durante horas, experimenté la inexplicable dicha de Shiva. Y él, por vía del Vijnana Bhairava Tantra, se convirtió en mi maestro.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga. The Yoga Institute. Bombay (India)
Ilustración: Harold Sequeira
Traducción: Juan Felipe Molina