¿Por qué aceptó el cargo, señor Primer Ministro?

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Son las 02:57 del Viernes, 26 de Abril del 2024.
¿Por qué aceptó el cargo, señor Primer Ministro?
“¿Por qué ha aceptado el difícil cargo de primer ministro del Reino Unido?, le preguntaron a Rishi Sunak. Y él respondió: “Para cumplir con mi dharma”.
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Allí estaba él, posando para las cámaras y los fotógrafos frente al número 10 de Downing Street, la prestigiosa residencia del primer ministro británico. Mientras, tanto en el Reino Unido como en su país, indios de toda clase y condición estaban extasiados. 
 
Después de que Gran Bretaña hubiese regido un vasto imperio (que incluía a la India) durante siglos… Después de que Boris Johnson se hubiese aferrado con uñas y dientes (y con cierta extravagancia) al cargo de primer ministro durante meses, pese a los escándalos en su propio equipo de gobierno… Después de que Liz Truss sucediese a Johnson para convertirse en la tercera mujer en la historia del país en encabezar su gobierno… Después de que su fallida estrategia económica y financiera hundiese el valor de la libra esterlina y desatara una crisis sin precedentes en la historia política británica… Después de que los gritos que pedían la cabeza de quien, a la postre, acabaría siendo la primera ministra que menos tiempo duró al mando del gobierno británico (sólo 45 días) procediesen, alto y claro, de su propio partido, el Partido Conservador, el de la nobleza esnob, fatua y engolada de la sociedad Uber, esa palabra que en alemán significa “por encima de todo”… Después de semejante tormenta política, Sunak emergió, mostró su rostro de especialista en finanzas y, tras expiar los pecados bañados en alcohol por las fiestas organizadas en plena pandemia en la mismísima sede del poder, los tories decidieron convertirlo en el futuro salvador de una administración débil y vacilante.
 
Sunak se apresta a la batalla
 
Cuando Liz Truss dimitió, el nuevo monarca británico, el rey Carlos III, sempiterno amigo de la India y de sus tradiciones gastronómicas (incluidas las apetitosas samosas) agasajó a Rishi Sunak con una espléndida recepción en el Palacio de Buckingham. Fue un momento histórico que se producía en medio de un terremoto político de primera magnitud: el Reino Unido se hallaba inmerso en una crisis como pocos recordaban y Sunak tenía ante sí un problema tan colosal como las cumbres del Himalaya, allá en la tierra de sus ancestros. ¿Sería él tan buen escalador como para coronar la cima?
 
Además de los crecientes desafíos políticos y económicos (con una inflación galopante de hasta el 11% interanual), los trabajadores, millones de ellos, iban a agitar el país con huelgas y manifestaciones en demanda de salarios más altos. Los problemas de Sunak iban en aumento, fruto del descontento popular por la crisis económica, sin olvidar la escalofriante cifra de los más de 200.000 fallecidos a causa del coronavirus.
 
¿De dónde saca el valor? Sus cualidades dhármicas
 
En la epopeya india del “Mahabaratha” (la más antigua del mundo), aparecen las tres cualidades del dharma: integridad, cumplimiento del deber y responsabilidad, en todos los niveles de la vida. Los propósitos enumerados por Sunak cuando llego al poder, a modo de declaración de intenciones, también fueron amplios y profundos en este sentido dhármico, tocando todos los estratos de la vida. 
 
Sunak es un hombre rico, muy rico. Junto a su esposa, Akshata Murty (heredera del imperio empresarial de su padre, el multimillonario indio Narayana Murty), ambos suman un patrimonio conjunto de unos 810 millones de dólares, lo que supera la riqueza personal del rey Carlos III, estimada en 500 millones. De modo que (es de suponer) Sunak no llegó al cargo de primer ministro por el salario, pues su fortuna es más que suficiente para pagar el rescate de un rey. Él aceptó la responsabilidad para, en sus propias palabras, responder a la "llamada dhármica". Se trata del mismo sentido de la responsabilidad y de cumplimiento del deber que le hace velar por la educación de sus dos hijas, Anoushka y Krishna, que residen con sus padres en Downing Street. Y es también ese dharma  que le hace sacar a pasear cada día a su perro Nova, un labrador retriever que da su respetuosa bienvenida, en lenguaje canino, a los distinguidos invitados de un primer ministro de origen indio que ahora gobierna un Reino Unido embarcado en una travesía por un mar tempestuoso. Un mar lleno de olas embravecidas.
 
 
 
 
Harold Sequeira
Maestro de Yoga. The Yoga Institute. Santacruz, Bombay (India)
-Traducción: Juan Felipe Molina-