Uno de los peces, el más pequeño, le preguntó al otro:
“Hermano, ¿sabes dónde está ese océano del que tanto hablan?
¡Es que no lo puedo imaginar!”
“Estás nadando en él”, le respondió con cariño el pez mayor.
Y añadió: “¿Acaso no puedes sentirlo?”.
“No, no puedo sentirlo”, dijo el otro sonriendo.
En ese momento, desde una barca que pasaba,
Descendió la red de un pescador
Y en un santiamén, a los dos peces atrapó.
Sobre la arena de la orilla arrojó al dúo jadeante.
“¿Ahora ya sabes dónde está el océano?” preguntó él pez mayor.
Y el otro, exhausto, respondió que sí.
También nosotros nos preguntamos dónde está Dios
Y, como el pez, vivimos dentro de él.
Gracias a él navegas por el mundo.
Él es el susurro que escucha el santo.
Él es el murmullo en los oídos del místico.
Él es la palabra que el aprendiz conoce.
Él es la conversación que comparten los amantes.
¿Lo entiendes?
Él está allí, en las olas que baten en el océano,
En el trueno y en el relámpago,
En el viento y su silbido
Allí está él. Sin él no puedes vivir
Es imposible vivir sin él.
¿Le has escuchado, hermano?
¿Atiendes a sus dulces palabras, a sus enseñanzas y consejos,
A sus frases de amor y de consuelo sin fin?
Él es un maestro constante que nunca falta ¿Lo escuchas?
Y como las mareas, él llega
En la vigilia, en el sueño, en el día y la noche.
Él, siempre presente, es tu guía eterno.
Sin él, ¿dónde estaría tu alma?
Harold Sequeira
Maestro de Yoga. The Yoga Institute. Bombay, India
Traducción: Juan Felipe Molina
