En los últimos cuarenta años, el cambio climático inducido por el hombre no solo ha reducido el número de aves en la selva amazónica sino que además ha modificado su tamaño: se han hecho más pequeñas y con alas más largas.
Así lo advierte un estudio, publicado en Science Advances, que explica que estos cambios físicos, que se han producido a lo largo de varias generaciones, han ayudado a las aves a adaptarse a las condiciones cada vez más calurosas y secas de la estación seca (de junio a noviembre).