Las tiendas de mi pueblo: Cabezarados

Sus bares,  Los Peques o La Era, pueden ser lugares de paso donde hacer un descanso en cualquier  trayecto que se haga. Pero sobre todo  son lugares de encuentro de  vecinos. Sitios para el esparcimiento, para ver una tarde fútbol o para echar la partida.

Bares  o tiendas que  sirven en muchos casos para escapar de la soledad. Tiendas, bares,  farmacia de pueblo, pequeños negocios  que ejercen una  fundamental labor social, para que a  sus vecinos no les falte de nada.

En muchos casos negocios familiares con lo que cubren las necesidades de  todo un pueblo.  Y en las tiendas,  al igual que en los bares, vecinas y vecinos se reúnen para charlar un rato, para intercambiar pareceres y ponerse al día  de los aconteceres  de cada casa.

La de Ángel Moreno es la única tienda de comestibles que hay en el pueblo. Le ayuda su mujer, Basi, pero quien comenzó con el negocio fue él hace ahora 42 años. Vende todo tipo de productos además de pescado y carne. Se considera un apasionado de su pueblo siendo "profeta en su tierra"

En la panadería Hnos Moreno,  detrás del mostrador nos encontramos con Emilio Moreno, un joven que ha decidido hacerse cargo del negocio familiar donde lleva ya unos 15 años. Aquí además del pan, también elaboran dulces y productos de pastelería “para llegar a más clientes”.  Emilio ha apostado por el mundo rural donde trabaja y ha formado su familia.

Soledad Fernández  es la responsable del estanco donde también hay prensa, pan y comestibles. Un establecimiento “muy pequeñito que decidió continuar y que su padre le dejó”.

La farmacia es otro de los establecimientos indispensables. Paz Madrona es una joven de Granada que un buen día decidió dar un giro a su vida y venirse a la provincia de Ciudad Real. Es la responsable de las farmacias de Cabezarados y Saceruela y además vive en este  último municipio donde  ha formado  su familia.

En el mundo rural Paz ha encontrado su lugar, la tranquilidad y la cercanía que buscaba con sus vecinos que son amigos y clientes.

Cabezarados  hoy día tiene unos 300 habitantes, pero llegó a tener cerca de 3000 hacia 1890  en pleno auge de las Minas de San Quintín, poblado que se construyó junto a las minas y que albergó  a más de 1400 habitantes. Se construyó un ferrocarril, el famoso  ferrocarril de  vía estrecha entre Mina de San Quintín con Puertollano y hacia Peñarroya  que llegaba hasta Fuente del Arco.  Hasta principios del siglo XX  se estuvo extrayendo del subsuelo plata, plomo y zinc, hasta que dejó de ser rentable. Hoy día solo quedan las ruinas de una actividad minera que conserva el recuerdo del esplendor minero de esta provincia a principios del siglo XX.

 Cabezarados quedó incluida en 1563 en la Rinconada de Almodóvar, pero su concejo reclamó la independencia mediante el pago de un Servicio a la Hacienda Real; y ya en 1602 Cabezarados no formaba parte de la jurisdicción de Almodóvar.

Según cuenta Diego Peris en el diario Lanza, dos  piezas relevantes se conservan aún en Cabezarados: Una es el Rollo Jurisdiccional- con el que se demostraba la independencia jurisdiccional respecto de los señoríos-  que data del siglo XV  y fue recuperado recientemente en los años 80 del siglo pasado y fue colocado en la plaza del pueblo.

 La otra pieza singular es la fuente que está al norte del pueblo, del siglo XV “que en un principio servía de abrevadero para el ganado, pero que terminó destinándose al uso de todos los vecinos, tanto para su abastecimiento diario de agua como lugar de lavadero. El Pilar ahora con un entorno verde conserva la fuerza de las piedras del perímetro de la zona de estanque y la pieza de donde mana el agua con su geometría rotunda y proporcionada. Una pieza de arquitectura hidráulica de especial interés por su construcción, sus proporciones y las formas del conjunto”.

Pasado de un pueblo sobre el que se asienta también el espíritu emprendedor de sus gentes, como demuestran los dos talleres de carpintería metálica que  ofrecen sus servicios a toda la comarca.

Uno de esos talleres es el de Evaristo Moreno, un negocio de más de 30 años de antigüedad que ahora continúan sus hijos.

Metálicas Herrera es el otro taller del pueblo. Un negocio que nació hace muchos años que ahora tiene al frente a José Antonio, la quinta generación de la familia vinculada a este sector.

Negocios, pymes y tiendas de pueblo donde se fía a la clientela, donde el ritmo pausado de sus gentes  te invita a frenar la agitada vida de la ciudad, donde no pasa nada si te has dejado el coche abierto o la puerta de la casa entornada. Negocios de pueblo, tiendas de proximidad donde  al cliente se le llama por su nombre, donde el pan sabe a pan,  donde la vida es más limpia y segura  y donde  los cabezareños, como se les llama a los de Cabezarados  te acogerán  siendo visitante como si  formaras parte de algunas de las familias del pueblo.

La Voz de Puertollano 

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