Una casa pasiva o passivhaus consigue reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración. Tienen un consumo energético casi nulo por lo que son prácticamente autónomas para sus necesidades de calefacción y refrigeración. La de Puertollano es la primera casa rehabilitada en Castilla La- Mancha para cumplir con estos requisitos.
Se trata de una vivienda de planta baja en el barrio Libertad en la que viven Yolanda López y David Muela con sus tres hijos. “Yo ya conocía el termino passivhaus porque en mi trabajo tenemos muy en cuenta la eficiencia energética y el ahorro y cuando pedimos presupuesto a una constructora especializada nos dimos cuenta de que la diferencia económica no era tanto con respecto a una constructora al uso y nos decidimos”, ha contado David.
Yolanda ha explicado que “la casa tiene 4 dormitorios, dos baños, salón unido a la cocina, patio, terraza y mucho espacio de almacenaje. Lo mejor es la temperatura, que es muy lineal todo el año y nos permite ahorrar en la factura de la luz”.
Al no necesitar luz para calentar o enfriar la casa, el uso de kilovatios es mínimo. En junio por ejemplo solo consumieron 10 euros de electricidad. Y es que la calefacción y refrigeración se consigue de forma autónoma gracias a un circuito que aprovecha el aire exterior, lo que también permite “no tener que ventilar la casa ya que el aire se regenera y al pasar a la vivienda del exterior tiene un filtro que evita partículas en suspensión como dióxido de carbono o formaldehído”, según ha explicado el arquitecto de Puertollano encargado del proyecto, Javier Jiménez.
Desde la constructora, su responsable, David Carranza ha asegurado que “son pioneros aplicando este interesante concepto de construcción” y disponen de una vivienda visitable ubicada en la provincia, concretamente en Los Cortijos para experimentar y conocer todas las ventajas de una construcción pasiva. “Este tipo de casas son más duraderas, más confortables y más eficientes” según Carranza y Jiménez.
Una construcción o una rehabilitación de este tipo no supone el uso de un tipo de producto, material o estilo arquitectónico específicos sino la optimización de los recursos existentes a través de técnicas pasivas. Se basa en cinco principios como son un excelente aislamiento térmico de la envolvente que es beneficioso tanto en invierno como en verano; ventanas y puertas de altas prestaciones; usencia de puentes térmicos; hermeticidad al aire y por último, la ventilación mecánica con recuperación de calor.
El termino Passivhaus (del alemán casa pasiva, y del inglés passive house standard) nace en mayo de 1988. El primer edificio construido con el estándar Passivhaus se localizó en Darmstadt, Alemania, en 1990. Ahora Puertollano también cuenta con una vivienda de estas características.
Fuente: La Voz de Puertollano, Ana Contreras
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