La Navidad es época de paz, de magia y de deseos. De hacer balance del año que termina y de pedir al nuevo. Y que mejor forma de hacerlo que en el árbol de los deseos que cada año Victoria Anguita coloca en su tienda, en la joyería carbono Puro de Puertollano.
El árbol en cuestión “es un peral, que a pesar de sacarlo con raíz para trasplantarlo, se secó al poco tiempo” y luce “decorado con sus yemas y sus deseos colgando de sus ramas”.
Unos deseos que todo el quiera “puede acercarse y escribirlos en un papel que Victoria facilita”. Después de las Navidades, “pasarán por los cuatro elementos, aire, agua, fuego y tierra”.
Victoria “asegura que se cumplen”. Ella se siente “la guardiana” de todos estos deseos, que sus vecinos y clientes dejan plasmados, a la espera de que se hagan realidad.
Carmen Fernández Ochoa, quien fuera pionera en las prospecciones del yacimiento arqueológico de SISAPO, en la pedanía de La Bienvenida afincada en el corazón del Valle de Alcudia, recibió ayer un muy afectuoso homenaje en Almodóvar del Campo.