SEO/Birdlife advierte de que las siegas tempranas (en verde) incrementan la mortalidad de las aves en los cultivos y pastos herbáceos de secano al convertirse en una "trampa ecológica" y reclama una gestión adecuada de las superficies de barbecho que son "altamente beneficiosos" para la conservación de las aves.
Estos días se están segando muchos campos en verde ante la sequía y el repentino ascenso de temperaturas y por la cabaña ganadera que depende de los forrajes y piensos para su alimentación.
La ONG explica que segar de manera anticipada o temprana justo en plena época de nidificación, cuando las hembras de casi todas las especies ligadas a ambientes agrarios que anidan en el suelo están incubando sus puestas o tienen pollos muy pequeños.
En ocasiones SEO/BirdLife ha advertido de la dramática disminución de las poblaciones de aves agrarias que se han reducido un 27 por ciento en menos de tres décadas, según el programa Sacre.
Una de las causas apunta a la mortalidad producida por las cosechas y por el incremento de segar cereal y pastos herbáceos en verde. Un adelanto de la cosecha en plena primavera, cuya finalidad es obtener forrajes henificados y ensilados, muy demandados para la ganadería predominantemente estabulada, cuando lo tradicional siempre ha sido su aprovechamiento mediante el pastoreo extensivo.
El proyecto LIFE Agroestepas Ibéricas que coordina la ONG está desarrollando esta primavera actuaciones en Extremadura, Aragón y la región portuguesa del Algarve para estudiar las zonas de nidificación han dado la alarma. Estas superficies de cultivos y pastos son el hogar de muchas especies de aves, como la avutarda euroasiática, el sisón común, los aguiluchos cenizo y pálido, la perdiz roja o la codorniz común, entre otras. Todas ellas especies en declive continuo desde hace décadas, algunas con disminuciones superiores al 50 por ciento de su población en apenas 15 años.
Los paisajes de balas de heno se han multiplicado por las zonas agroesteparias, especialmente en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, con grandes superficies de estos ambientes de llanura, dominados por cultivos de cereales de secano y pastos permanentes con ganadería extensiva, según la ONG.
Entre las causas de una siega temprana dañina para las aves está el hecho de que las primaveras son cada vez más cortas y propician que los cultivos espiguen más rápido y que la cosecha se adelante. Este año, con la guerra en Ucrania los forrajes han cotizado al alza y han agravado la tendencia a la siega temprana que desde los 10 años se ha extendido por muchas zonas agroesteparias de España.
En este contexto, esta práctica agrícola ha provocado que la fecundidad y la productividad de las hembras de avutarda en Francia se han reducido en un tercio y la mitad de las crías son destruidas por los trabajos agrícolas. Además, en las Lagunas de Villafáfila, en Zamora, se ha observado que la superficie segada en plena época de cría (sobre todo en mayo) pasó del 6 por ciento entre 2000 y 2009 al 20 por ciento entre 2010 y 2019.
Otro dato constatado por la ONG es que el número de hembras por cada mayo ha pasado de 116 por cada 100 machos entre 1996 y 2009 a 82 hembras por cada 100 machos entre 2010 y 2020. "Este tipo de prácticas está matando a las madres en sus nidos", denuncia la organización ambiental.
SEO/BirdLife, a través del proyecto LIFE Agroestepas Ibéricas trabajará con las administraciones públicas en medidas de acompañamiento en el marco de la próxima Política Agrícola Común (PAC) como la compensación económica a los agricultores para evitar la siega de forrajes en primavera en las zonas de mayor valor por sus poblaciones de aves amenazadas.
La ONG reclama también que los barbechos, que son favorables para la biodiversidad cobren más importancia que nunca, al proporcionar un hábitat alternativo adecuado y más estables para la nidificación y alimentación de este grupo de aves.
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