Por Antonio Carmona
Una vez aquí, no es necesario orientarse. ¿Para qué?... si ya has llegado adónde ibas y en realidad no vas a ningún sitio en especial, porque todos te parecen especiales. Hoy había hileras de piedra perfilando muros y un chozo ganadero en el altozano, aderezado con pinceladas de arco iris y flor de romero.
Oscuras siluetas de estribaciones serranas contrastan con un verde moteado de sombras nubosas, iluminado por un sol que se asoma entre cortinas de lluvia incorpórea, habitado por merinas que pastan sin pastor.
Hoy había todo esto. Mañana, ya veremos.