La tabla Patata

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Son las 07:59 del Martes, 19 de Marzo del 2024.
La tabla Patata

La niebla comienza a diluirse bien entrada la mañana. Entre los hilachos aparecen los vestigios de un castillo llamado de Benavente. Apenas unos muros y un aljibe en el centro colmado de botellines, latas, chatarra y un largo etcétera de detritus, como es arraigada costumbre en nuestros lares. Pero un castillo es mucho más que sus muros. Es también lo que desde él se ve. Con este fin, entre otros, se construyó en su día.


Y se ve, por ejemplo, el camino que ha de llevarnos hacia la Tabla Patata en el Guadiana. Los caminos del Guadiana son caminos bien trazados, afables, abiertos al caminante. Acompañan al curso del río de puente a puente, de molino a molino, de castillo a castillo, de ruina a ruina: todas iguales y todas tan diferentes, con esa sobriedad que siempre ostenta el declive, con esa belleza que siempre muestra la fragilidad y aquello que ya ha dejado de servirnos.


El río corre pero no suena en la tabla. Silencio interrumpido por aleteos repentinos. Desde la orilla, parece un pentagrama espejeado de corcheas aladas. Si un día dije que deberíamos reivindicar los caminos, ahora me desdigo y digo que deberíamos caminar los caminos. En todo caso, será esa la mejor manera de reivindicarlos. Allí donde dejamos de caminar crece la maleza, es decir, crece la valla, el candado y la reja.

Antonio Carmona