Sobre Milagros y Misticismo

Son las 09:27 del Sábado, 27 de Abril del 2024.
Sobre Milagros y Misticismo

 

Al meditar en la luz coronal, en el chakra Sahasrara, se entra en contacto con los siddhas. Esto essiddha darshanam”, la visión de los seres perfectos (Yoga Sutra III.32).

Y así Jesucristo visitó a un devoto suyo al amanecer en un pueblo español

Según Vyasa, detrás de la frente hay una luz poderosa, etérea, luminosa. Los yoguis ven esta luz en su práctica de Samyama, cuando la mente está enfocada y absorta, en alta concentración o Samadhi (sama: igual; dhi:alta concentración; nota de las conferencias del doctor Jayadeva Yogendra sobre los ‘Yoga Sutra’ de Patanjali).

Vijnana Bhikshu, un yogui iluminado de los siglos XV-XVI, dice que detrás de la frente existe un camino luminoso por donde atraviesan los siddhas, los maestros o las almas que han alcanzado un alto grado de perfección física y de iluminación espiritual. Sus cuerpos espirituales no decaen ni desaparecen, esto lo saben bien los yoguis, y en esa zona ellos consiguen la visión. Y, en algún momento, pueden alcanzar otra forma más sutil de visión, casi como una visita o un encuentro.

La visita de Cristo

Los primeros rayos del sol se cuelan por las rendijas de la vieja puerta de madera que hay en el último piso de una antigua mansión en el norte de España. Isidro, que ha estado meditando en Cristo durante años, finalmente va a recoger esa mañana el fruto de su anhelo: ver a Cristo en todo su esplendor espiritual. Isidro acaba de despertar con Cristo, de contemplarlo durante unos minutos. ¿Acaso no eran viejos conocidos?

No diría que fuese un milagro, aunque Cristo, el gran siddha, el ser perfecto, está siempre en contacto con sus amados amigos. Como le sucedió a Isidro aquella mañana. Y de esto él no tuvo ninguna duda.

Harold Sequeira

Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)

Traducción: Juan Felipe Molina